01 y 02 de abril de 2024

<< HUARACO DESDE EL SUR

Nos despertamos virtualmente congelados. La noche había sido muy fría y los termómetros de las chatas descendieron hasta -5°C a las 8:00 am.

Por suerte, mi espalda acusó poco recibo del porrazo de ayer y no sentí nada que un Actrón no pudiera solucionar. El día de manejo estaba asegurado.

El amanecer nos regaló imágenes indescriptibles, de colores cambiantes a medida que febo se iba asomando entre los cerros.

La bruma sobre las aguas insólitamente quietas debido a la falta de viento, creaba una atmósfera mágica que luego se fue diluyendo hasta convertirse en un día luminoso de sol mientras desayunábamos algo caliente para sacarnos el frío.

Todos estábamos ansiosos por transitar la parte final y desconocida de la travesía, que podía resultar en un gigantesco fracaso por la cantidad de kilómetros que tendríamos que desandar si algún obstáculo nos impedía completar el recorrido.

La gran duda era un zigzag muy vertical hacia el final, donde un pequeño derrumbe nos podía dejar «fuori».

La caravana arrancó rodeando Huaraco por el este, ya que por el oeste el pedrero era virtualmente impasable. Pablo, que había hecho el relevamiento satelital, tomó el comando y nos lideró por la huella, en muchos tramos bastante borrosa.

Huella muy entretenida, que primero trepa hasta casi hasta los 2600 msnm y después, por los filos desciende acompañando el profundo cañón del arroyo Huaraco; alterna tramos de estepa con afloramientos de lava volcánica, con impactantes visuales de la cordillera del Viento. Cada tanto se descuelgan otras huellas que conducen vaya a saber dónde y que serán objeto de algún futuro viaje.

El tramo final, donde el temido zigzag nos tenía preocupados, estaba en buenas condiciones pero las curvas son tan cerradas que requieren negociar varias maniobras para sortearlas.

Con gran alegría divisamos la RP53 con la satisfacción de haber logrado cerrar un nuevo circuito cordillerano alrededor del volcán Domuyo, que por la situación climática, apenas vimos fugazmente.

Un rápido tránsito hasta Barrancas donde reaprovisionamos combustible (hay que tomarse un tiempo porque el que atiende la estación tiene múltiples actividades y hay que esperarlo) y desde allí subimos por la RN40 hasta «La Pasarela», donde obligatoriamente tomamos unas fotos.

Luego nos metimos en la Payunia por la RP183, atravesando el yacimiento petrolero «El Fortunoso».

Luego tomamos las RP186 y RP180 bordeando la reserva natural de la Payunia y previa escala fugaz en Mina Ethel, seguimos hacia Agua Escondida y La Humada con destino final Santa Isabel, donde pasamos la noche y compartimos la última cena del viaje con el grupo.

Al día siguiente, salimos muy temprano hacia Buenos Aires y antes de caer la tarde, ya estábamos en casa.

Un finde XXL muy bien disfrutando con los amigos de siempre, a los que les agradezco la excelente compañía.

El norte de Neuquén, nunca falla.

Hasta la próxima