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LO QUE NOS QUEDABA DEL CANAL 11 y ALGO MÁS…

07 de septiembre de 2024

Después de la saga de Canales Invernales, la duda de cómo se iniciaba el Canal 11 en las cercanías de Tapalqué seguía atormentándome y en la primera de cambio decidimos invertir un día para tratar de dilucidarlo.

Una tranquera detectada en Street View a dos kilómetros del inicio ofrecía dudas pero así todo lo encaramos. Si fallábamos, el Plan B era recorrer algunas cercanas estaciones del Provincial que nunca había visitado, como para justificar el viaje.

El resumen del viaje como introducción, en modo Relive, está AQUÍ

Los detalles de cada lugar visitado, como siempre, en sucesivas entradas:

PERDIDO PUENTE EN EL ARROYO LAS FLORES y EL INICIO DEL CANAL 11

TRILOGÍA DEL PROVINCIAL

TRILOGIA DEL PROVINCIAL

07 de setiembre de 2024

<< Venimos del arroyo Las Flores

Luego del fallido del inicio del canal 11 y de la posibilidad de seguir por sus márgenes desde la RP51, echamos mano del Plan B: visitemos estaciones abandonadas de la zona!

Continuamos hacia el sur por la RP51 y, antes de llegar a Azul, nos topamos con los vestigios de la traza del Provincial. Girando hacia el oeste por un camino rural durante 12 kilómetros, nos dirigimos hacia Eufrmio Uballes. La ruta, que corre paralela a los restos del terraplén, atraviesa una zona propensa a inundaciones, evidenciada por los numerosos restos de alcantarillas y puentes en desuso.

Así arribamos a Eufemio Uballes, uno de los tantos lugares desolados por donde en algún momento transitó el tren y donde ahora solo persisten ruinas y unos pocos habitantes que residen en lo que probablemente fue la vivienda de los trabajadores ferroviarios. Costó cruzar el alambrado eléctrico sin riesgos y pudimos sacar unas «bonitas» fotos del naufragio ferroviario, tristes pero reveladores de lo que alguna vez fue…

La estación lleva el nombre del médico Dr. Eufemio Uballes (1848-1933), impuesto en homenaje al donante de las tierras donde se estableció la estación ferroviaria, el 6 de octubre de 1930, y su primitivo poblado.

Más luego retrocedimos a la RP51 por el mismo camino, la cruzamos y nos dirigimos al pequeño poblado de Ariel, donde nos encontraríamos con una estación en bastantes buenas condiciones que se destaca porque tiene un andén central, producto que allí se dividía el ramal a Olavarría y a Azul. Imaginen el tráfico que debía existir para que hayan previsto esa situación de que un tren podía esperar al otro para hacer la combinación.

Antes de meternos a fotografiar la estación, nos acercamos a un humilde comercio cercano para verificar que no hubiera problemas para ingresar.

Ariel es un muy pequeño poblado con no más de 40 habitantes donde cuesta imaginar cual es la actividad que les provee el sustento, aunque claramente viene por el lado de algo de agricultura y ganadería. Se fundo allá por los años 1930, lógicamente cuando pasó el ferrocarril.

El origen de su nombre es bastante singular, dado que proviene de un libro escrito por el uruguayo José Enrique Camilo Rodó Piñeyro, inspirado en un ensayo de William Shakespeare, del cual transcribo una sintética reseña:

El motivo por el cual este libro le dio el nombre a este paraje, no lo pude hallar; de todos modos es la primera vez que encuentro un pueblo que toma el nombre de un libro y encima en un lugar tan remoto, tan lejos de la civilización cuando se fundó.

Esta obra es un «sermón laico» dedicado a la juventud de América, y él la escribió con una visión pesimista del futuro de su país y de la religión. Ariel es un ensayo que es basado en la obra The Tempest, una obra de teatro escrita por el autor famoso William Shakespeare; los dos protagonistas principales son Ariel y Calibán, que representan la América Latina y los Estados Unidos, respectivamente. Hasta cierto punto Ariel es una alegoría de las relaciones que existían entre los Estados Unidos y las naciones de Centro y Sur América a comienzo del siglo XX. invita a los lectores a reconsiderar diferentes tipos de poderes (económicos, políticos, sociales, culturales) que existen entre los países de América Latina (Ariel) y los exigentes Estados Unidos

Extraido de WikipediA

Allende Ariel, el camino paralelo a los vestigios del terraplén se desdibuja y después de unos pocos kilómetros, se convierte en una huella muy poco pisada, donde los anegadizos terrenos que atraviesa cada tanto inundan su trazado generando unos vados que por surte tienen piso firme y nos permiten avanzar hacia Campodónico, la próxima estación de la trilogía que visitamos.

Ya habíamos visitado Campodónico, pero fue en un caluroso febrero cuando los árboles alineados a lo largo de su andén lucían exuberantes de follaje, ocultándola parcialmente o más bien protegiéndola. En cambio, ahora se mostraba completamente a la vista, desprovista de cobertura.

Dejamos la camioneta en el camino vecinal y al volver a verla, confirmamos que, salvo lo mencionado anteriormente, todo permanecía igual, inmóvil pero envejecido. A diferencia de las construcciones anteriores, del estilo clásico el Provincial y hechas de mampostería, Campodónico es una construcción de madera que debió ser muy hermosa, aunque distinta a las demás. Resalta un enorme y muy bien conservado galpón de chapa galvanizada que, a pesar de sus casi 100 años, no nuestra signos muy visibles de oxidación.

Aunque no se desarrolló un pueblo en sus alrededores, a poca distancia y casi a la vista, se encuentra la Obra Salesiana San Pascual Campodónico, que cuenta con una hermosa capilla e instalaciones para albergar a grupos de niños durante sus vacaciones. Además, está la famosa pulpería San Gervasio, que pensamos estaba cerrada y no se nos ocurrió visitar, aunque más tarde nos enteramos que justo ese día comenzaba la temporada….

Nos quedaba ver como retomar el canal 11 para tratar de llegar al menos hasta la RP30, que es donde lo habíamos dejado la vez pasada en la otra travesía.

Después de unos pocos rodeos dimo scon él y sin problemas alcanzamos la margen norte, donde un camino costero la mayor parte en buen estado, nos permitió recorrerlo sin gran dificultad. Lo llamativo de este tramo es que en lugar de puentes y compuertas, cada tanto hay grandes cunetas de hormigón por donde el agua puede volcar hacia el canal desde los campos adyacentes sin dañar el trazado. No se que ocurre si el canal tiene un caudal elevado, ya que parecería que puede inundar los campos.

Fue interesante descubrir que, al hallar la vía del ferrocarril hacia Rauch, el camino paralelo que se extiende hacia el sur estaba cerrado y custodiado. Al preguntarle al guardia, nos informó que el paso ha estado bloqueado durante varios meses debido a un considerable derrame de petróleo que afectó tanto el camino como los campos circundantes (¿?)

Finalmente, cruzamos la RP30 y seguimos por inercia hasta el Puente de Tegui porque se nos ocurrió ver si las lluvias de los días previos habían afectado las compuertas que habíamos visto la vez pasada. Quise pasar la Ranger por el puente pero no me animé: cualquier error la rayaba…

Así terminó el paseo, habiendo «casi» completado el recorrido del canal 11. Tendremos que estar atentos cada que vez que pasemos por la RP51 para ver si ese maldito candado no está y conocer su origen en el arroyo Tapalqué.

Nos vemos en la próxima.

UN PUENTE SOBRE EL ARROYO LAS FLORES y EL INICIO DEL CANAL 11

07 de setiembre de 2024

Habíamos salido de casa el sábado temprano y a través de la RP6 y la RN205 nos arrimamos a la RP51 con rumbo a Tapalqué, donde iríamos a buscar el inicio del canal 11.

Unos kilómetros antes de llegar a la entrada a General Alvear, en uno de los caminos de acceso a José Micheo, nos llamó la atención un puente reticulado sobre el que nunca antes habíamos reparado. Lo bueno de andar con tiempo y sin muchos planes es que hace que no cueste nada desviarse e ir a curiosear. Seguro no era un puente ferroviario ya que no hay vías tan cercanas a la RP51.

A los dos kilómetros de andar, se materializó ante nosotros, mostrando uno de esos puentes que uno no se explica porqué semejante estructura se dispuso allí: no parece ser una ruta que justifique un puente de tamaña importancia.

Se trata de una estructura reticulada roblonada con calzada de hormigón pensada para soportar altos tonelajes, uno de esos tantos misterios de nuestra provincia de Buenos Aires.

Pero no es todo lo que vimos: el arroyo que cruza, el Las Flores, en ese lugar tiene un paisaje espectacular que invita a detenerse y tomar unos mates en su orilla, que es lo que hicimos.

Seguramente debe ser un lugar frecuentado por pescadores aunque debo reconocer que se encuentra muy limpio, lo que denota que no es mucha la gente que lo visita. Lo recomendamos.

Después esta imprevisto desvío, le metimos casi derecho hasta el canal 11 para tratar de descubrir su inicio, el cual se encuentra sobre el arroyo Tapalqué antes de ingresar a esta localidad.

Digo casi derecho porque nos desviamos por un camino rural a un puente accesible sobre el mismo canal 11 muy cercano a la RP51 con el objeto de ver si sería posible costear sus márgenes luego de conocer sus inicios, ya que los primeros kilómetros, hasta las cercanías de Campodónico, lucía sin huellas en las satelitales. Efectivamente es así ya que aún sobre un poco transitado camino rural había candados. Mal indicio para la tranquera que nos interesaba sobre la RP51 a la que llegamos pasando por el Paraje El Triángulo.

La tranquera que nos interesaba, al final tenía candado, aunque a veces debe estar abierta porque también tenía gancho. Sólo estábamos a dos kilómetros y medio de las compuertas, las que a lo lejos las divisamos desde el puente de la RP51; estas deben estar seteadas para evacuar las crecidas del arroyo Tapalqué porque el canal casi estaba sin agua en este momento, es decir que este canal aquí funciona por rebalse de las crecidas.

Dudamos en acercarnos caminando pero no nos animamos a dejar la chata sola sobre la ruta. Habrá que estar atentos cada vez que pasemos por allí a ver si el candado no está. Un fracaso que nos obligó al Plan B, de recorrer estaciones del extinto Ferrocarril Provincial.

No obstante al continuar hacia el sur por la RP51, investigamos otra tranquera de la estancia Las Delicias que parecía apuntarle al arroyo Tapalqué, pero también tenía candado y gancho. Lo curioso fue encontrar un poema escrito sobre las tablas de la tranquera, algo que no habíamos visto nunca. Una tranquera poética…

Nos vemos en la traza del Provincial con la TRILOGÍA DE ESTACIONES.

REAL AUDIENCIA y CHAS

8 de julio de 2024

<< CANAL 11

Tras recorrer los canales 9, 11 y 12, nos quedó tiempo libre antes de regresar y decidimos visitar un par de estaciones que Adriana y yo ya conocíamos, pero siempre es agradable regresar después de cierto tiempo. Elegimos Real Audiencia y Chas para la visita.

Real Audiencia, con su nombre grandilocuente, en algún momento tuvo su relevancia: un acceso pavimentado desde la RP29, una escuela que al parecer sigue activa, un almacén de ramos generales con estructura de chapa al estilo patagónico, un club de fútbol, unas pocas casas dispersas y, por supuesto, la estación rodeada de plátanos centenarios pero sin vías, las cuales fueron levantadas completamente entre Chas y Ayacucho. Actualmente, es un lugar casi desierto, ya que no hallamos a nadie durante nuestra minuciosa visita.

Esta oportunidad, ante la ausencia de pobladores, no sólo nos asomamos a la estación, sino que recorrimos en detalle las instalaciones no ferroviarias.

Comenzamos con el RAFC (Real Audiencia Fútbol Club), cuyo frente de mampostería es lo único que se mantiene en condiciones aceptables, ya que su interior está totalmente abandonado y en ruinas, con techos parcialmente colapsados sobre los escasos restos que quedan. Es evidente que, tras dejar de ser un club de fútbol, se usó como depósito de maquinaria agrícola y algunas aún se encuentran allí, incluyendo un viejo Rastrojero de los ’70, pobrecito atrapado bajo un techo derrumbado.

La visita prosiguió alrededor del antiguo almacén de tintes patagónicos, que en su parte trasera alberga una vivienda con lo que parece haber sido un encantador patio interno con palmeras. Aunque está todo cerrado, es evidente que ha estado deshabitado por mucho tiempo. Esto se hace evidente al observar la hierba crecida en las canaletas de los techos, que evidencia la falta de mantenimiento.

Nos quedaba por ver la estación, en realidad el andén, unos pocos edificios auxiliares de chapa y madera y los sanitarios, ya que el edificio principal fue demolido.

Gigantescos plátanos, probablemente centenarios, adornan el extenso andén no solo con su imponente presencia sino también con la alfombra de hojas doradas y crujientes que lo recubren por completo.

Nos asomamos a las instalaciones sanitarias que vaya a saber porqué motivos sobrevivieron a la demolición. Igual a muchas de estos estos ramales pero con la particularidad que estaban enteritas, incluyendo un antiguo depósito de fundición para el agua de los mingitorios. La leyenda, en relieve en la fundición, nos indica que es escocés de la fábrica Saunders and Connor (Barrhead) y que data de 1897
Una verdadera reliquia abandonada en el medio de la nada.

Nos quedaba echarles un vistazo a las construcciones de chapa y madera, que erróneamente en el pasado creí que eran la propia estación. En realidad se trata de viviendas, seguramente para el personal de operación y mantenimiento de vías.

Pese a su total abandono, se nota que estuvieron muy bien construidas y que debieron ser muy confortables. El diseño de los cielorrasos es muy bonito, con su forma amesetada en el centro. Por su estado pareciera que quienes las habitaban huyeron de un día para otro ya que muchas cosas quedaron tiradas allí…

Y así dejamos a la solitaria real Audiencia, después de pasar frente a lo único que parece vivo, la escuela.

Nos quedaba un poquito de hilo en el carretel y lo gastamos en una breve pasada por Chas, como para ponerle el moño al viaje

Parte de la estación es el destacamento policial de Chas y el lado de andén de la estación luce impecable: tiene sus vías ya que el ramal a Las Flores no fue levantado (aún).

Enfrente del lado andén, hay una capilla, en cuyo fondo hay una cancha de paleta abandonada pero entera todavía. También una casa muy vieja, tapada por la vegetación y en cuyo techo han echado raíces unos árboles bastante grandes que llaman mucho la atención.

Y así terminamos este hermoso paseo con nuestras dos queridas amigas Elsa y Cecilia. Esperamos se repita pronto aunque Cecilia ahora va estar medio lejos (Habrá que ir a visitarla a Calafate…)

SINTONIZANDO CANAL 11

8 de julio de 2024

<< LAS FLORES – EL GUALICHO

Era el momento de sintonizar el tramo del Canal 11 que ayer habíamos tenido que abandonar. La única certeza era que sabíamos hasta donde habíamos llegado ayer, es decir que teníamos los kilómetros finales resueltos si alcanzábamos ese punto.

También sabíamos que los primeros kilómetros desde la RP30 lucían bien en las satelitales hasta un importante puente de hormigón, el puente Tegui.

En este tramo encontramos dos interesantes compuertas, una de las cuales era un muestrario de engranajes, sinfines, poleas, ejes y cables, sorprendentemente en muy buenas condiciones de conservación, justo enfrente donde el arroyo El Gualicho desemboca en el canal 11.

La otra es diferente ya que parecería que su operación era manual a través de la colocación de mamparas que se movían a través de algún carrito con vías decauville desde un galpón de almacenamiento de chapa que misteriosamente conserva intacta su estructura.

Luego de alcanzar el puente Tegui, se acabó el camino y nos lanzamos por dentro del canal, por su margen norte. Recordar que casi todos los canales tienen un cauce central angosto por donde normalmente circula agua en forma permanente y un cauce ancho intermedio, delimitado por los taludes laterales que contiene el agua en casos de inundación.

A lo largo de los veinte y tantos kilómetros que transitamos por dentro del canal, encontramos más compuertas (todas en la margen sur) y un puente que según los viejos mapas del IGM se identifica como Mostacillas. El transito fue lento pero sin complicaciones por huellas muy tenues seguramente marcadas por pescadores, acompañadas por mucha fauna acuática que molestamos con nuestro andar.

Con gran satisfacción alcanzamos el punto donde ayer habíamos claudicado pero por fuera del canal. Realmente si nos hubiéramos aventurado por dentro, en lugar de hacerlo por la cresta de los terraplenes, sin duda hubiéramos logrado hacerlo ayer.

Seguimos por dentro del canal y así llegamos otra vez al puente El Zorro, desde donde nos dirigimos por el camino vecinal que lo atraviesa hasta el canal 12.

Sobre el puente decidimos que recorrer todo el canal 12 nos iba a llevar mucho tiempo y nos alejaba demasiado del regreso. Así que encaramos solamente el tramo final que desemboca en el canal 11 donde nace el canal 9 y si no sobraba tiempo nos asomaríamos al paraje y estación Real Audiencia.

En ese corto tramos encontramos una torre relacionada seguramente con mediciones de caudal, completamente fuera de servicio y ocupado por palomas y por una lechuza corazón que se asustó con mi presencia cuando me asomé a su interior. También encontramos varias compuertas mientras abrimos y cerramos una pila de tranqueras en los pocos kilómetros que hicimos hasta la RP29.

Casi llegando a la RP29 hay una edificación de la Dirección de Hidráulica, aunque no parece estar dedicada a esto.

Si alguien decide hacer este tramo lo debe hacer en el mismo sentido que lo hicimos nosotros porque en caso inverso, la primera tranquera desde la Rp29 tiene un cartel enlozado que reza: «Prohibido transitar con vehículos automotores». No tengo idea si es mandatorio pero… (salvo que lo hagas a pata o en bicicleta)

En el próximo episodio los esperamos en el enigmático paraje semiabandonado de nombre pomposo: Real Audiencia

EL GUALICHO EN LAS FLORES

8 de julio de 2024

<< CANAL 9

Frustrados porque al haberse interrumpido nuestro tránsito por el Canal 11 no nos iba a dar el tiempo para que el domingo pudiéramos ir más allá de Las Flores, nos arrimamos hacia allá, pasando fugazmente por Las Rosas, para alojarnos en unas peculiares cabañas tipo «tiny house» que habíamos reservado por internet.

Llegamos justo cuando la tarde estaba terminando y la verdad que nos impresionaron muy bien. Están construidas en forma modular con muy buen gusto y muy buenos materiales y si bien son pequeñas (no podía ser otra cosa si se proclaman «tiny») cumplen con lo necesario para una estadía breve o para alojarse de paso, como era nuestro caso. Para combatir el intenso frío, tienen una salamandra y un equipo de aire acondicionado, que lo hacen muy bien, sobre todo para el dormitorio que está en la parte superior.

La cena fue espectacular, primero una excelente picada, seguida por unos ravioles multicolores que trajo Elsa, todo regado con un buen vino aportado por El Enemigo.

Durante la cena, dispusimos el cambio de planes y en vez de intentar llegar a Tapalqué donde se inicia el canal 11, intentaríamos el tramo frustrado pero al revés; si volvía a fallar, podíamos corrernos más al sur tratando de recorrer el Canal 12. Y si no, a joderse y volver con la frente marchita.

Buenas noches

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Nos despertamos el domingo con un amanecer espectacular aunque con un frío terrible.

Desayunamos y relativamente temprano salimos a completar la faena dejando el calorcito de las cabañas atrás. Primero nos dimos una rápida vuelta completa a la laguna del Difunto Manuel dentro del Parque Plaza Montero, donde recorrimos un ancho camino perimetral, que luego nos enteramos que hace las veces de autódromo. El parque alrededor de la laguna está en excelentes condiciones de limpieza y cuidado, siendo hogar de una gran variedad de animales y aves silvestres. Entre ellos, se destacan varios grupos de carpinchos que se muestran relajados y bien nutridos.

Recargamos combustible y partimos hacia el paraje El Gualicho, situado junto al arroyo del mismo nombre, al lado de la RP30. Es un sitio excelente para acampar o disfrutar del día, idealmente en una estación menos fría que la actual. Seguramente debe ser un lugar muy concurrido por su belleza aunque esta helada mañana dominguera de invierno solamente estábamos nosotros.

Dejamos El Gualicho con rumbo a la incierta aventura del Canal 11 desde la RP30 hasta el Puente El Zorro

CANAL 9 DESDE DOLORES A RP29 E INTENTO DE CANAL 11

07 de julio de 2024

Con temperaturas rozando el cero pero anticipando un día soleado, Elsa y Cecilia se reunieron en la elegante nueva estación de servicio Shell en Dolores. Allí, además de abastecerse de combustible, disfrutaron de un café caliente antes de dirigirse al corazón del canal 9.

Para darles una perspectiva, el Canal 9 drena aguas de una vasta área del interior de la provincia de Buenos Aires, con afluentes principales como los arroyos Tapalqué, Azul, De los Huesos y Pantanoso, entre otros.

Teníamos previsto recorrer la margen sur, ya que las imágenes satelitales y mi experiencia anterior al fin de la pandemia indicaban que el tramo cercano al Paraje El 80 estaba desprovisto de huellas. No obstante, al tratar de acceder desde la Autovía 2, nos encontramos con una barrera continua de guardarrails que nos bloqueó el paso, y al intentarlo desde el viejo puente arqueado de la antigua Ruta 2, una zanja profunda excavada por una retroexcavadora también nos impidió el paso.

Nos dirigimos entonces por la margen norte, que al principio mostraba un camino claro en las imágenes satelitales, pero que se desvanecía al acercarnos a un endeble puente, del cual no estábamos seguros de poder cruzar, o siquiera de que hubiera un tránsito sencillo hasta El 80 por esa misma orilla. Sin embargo, nuestra intención era investigar y vivir una aventura…

La huella, siguiendo el coronamiento del terraplén, resulta que estaba perfectamente entoscada y podíamos avanzar a buen ritmo.

Nos detuvimos a curiosear la primera compuerta de muchas que encontramos y empezamos a sorprendernos de las construcciones realizadas a principios de siglo, cuando se construyeron estos canales.

Seguimos por un muy buen camino hasta que divisamos el puente donde supuestamente cambiaríamos de ribera, según nuestros relevamientos previos.

El puente estaba sólido aunque un poco revirado pero en caso de necesidad era utilizable. Lo llamativo era que tenía una sección levadiza, fuera de servicio pero que alguna vez funcionó. Vaya a saber el motivo ya que suena extraño que algo haya navegado allí y que hubiera requerida esa opción.

Sobre el puente había unos campesinos que por alguna razón inexplicable estaban poniendo tierra sobre el puente con una carretilla. A ellos les consultamos sobre la manera de llegar al Puente del 80 y nos dijeron que antes había que cruzar este puente e ir por la margen sur pero que habían terminado el camino por la margen norte. Ahora se puede recorrer por ambas márgenes aunque está más transitable la norte.

Continuamos por la margen norte por un solitario camino de excelente piso donde nos deleitaban la gran cantidad de aves de todo tipo que hallábamos a nuestro paso.

Por supuesto a medida que avanzamos paramos a contemplar más compuertas, parecidas pero diferentes.

Así finalmente alcanzamos el Paraje El 80, donde el origen del llamativo nombre es tan simple como que se encuentra en el km 80 del Canal 9, contados desde su desembocadura en la Bahía de Samborombón.

Allí aparece uno de esos elegantes puentes de hierro reticulado traídos desde Alemania a principios de siglo para prever el cruce de estos canales por rutas que en algunas casos hoy todavía no existen. No éste el caso, ya que tiene asociado un camino vecinal que une Castelli y Pila con la RP60.

Sin embargo su solidez se vio afectada por el ambiente salino de la zona o tal vez de los vientos del este que lo traen desde el mar y sus gruesos perfiles se corroyeron lo suficiente para que deba clausurarse hace muchos años cuando un camión casi termina en el fondo del canal. Un moderno puente de hormigón lo suplantó pero permanece a su lado como recordando que se lo cuide porque seguramente seguirá el mismo destino.

Nos detuvimos bajo los dos puentes, dentro de la zona del canal, para comer unos sándwiches y yo aproveché para ir al puesto policial cercano, ya que sabía que allí tienen señal de Internet y necesitaba enviar un mensaje.

El policía que me atendió me dijo que las obras de mejoramiento del camino costero del canal seguían hasta el Puente de Las Chilcas y que seguir hasta la RP29 nos iba a resultar sencillo, nada que ver con lo que yo conocía de un recorrido inmediatamente posterior a la pandemia que era un muestrario de cuevas de vizcachas.

Retomamos el camino hacia la RP29 y, efectivamente, se estaban realizando trabajos de entoscado en el camino costero. Estaban extrayendo material del interior del canal y, por ahora, creando una cordillera de tierra a lo largo del lado izquierdo del camino y una gran zanja dentro del canal.

Bajo esas circunstancias, arribamos al Puente de Las Chilcas, hermano gemelo del Puente del 80. Este puente es uno de los muchos que no se integraron a la red vial y nunca se ha utilizado masivamente, sólo ocasionalmente por algún vecino esporádico. Sorprendentemente, su estructura se conserva en mejor estado que la de su par del 80 , a pesar de que solo los separan 20 km. Las Chilcas se encuentra en el kilómetro 103 del canal.

Apuramos el paso porque la hora avanzaba y todavía faltaba mucho para el destino previsto, que era llegar a Las Flores siguiendo el Canal 11.

Igual nos hicimos tiempo para pisar el larguísimo puente de hormigón de la ruta vecinal que une Pila con Casalins y lo que queda de un puente levadizo similar al que vimos hace unas horas, pero al borde del colapso.

Cruzamos la RP29, que discurre en paralelo al desmantelado ramal Chas-Ayacucho, y llegamos al final, o mejor dicho al inicio, del canal 9, ya que nace en la confluencia de los canales 11 y 12.

Unos kilómetros más adelante, sobre la orilla norte del canal 11, alcanzamos el Puente del Zorro, otro de los venerables puentes alemanes. Este se encuentra en buenas condiciones y sobre una ruta vecinal bastante transitada, por lo que no nos resultó tan sorprendente por repetido.

Aquí se terminaron los caminos fáciles. Desde el puente del Zorro hasta casi la RP30, hay unos 30 km y la única guía es la traza del canal y la suerte. Ya era bastante tarde, el frío se ponía pesado pero igual intentamos al menos para ver qué onda. Si se complicaba desde el Puente del Zorro, por caminos vecinales podíamos llegar a Las Flores y dar por terminado el día.

Al final, después de unos muy lentos 8 km decidimos abortar el intento, no tanto por la dificultad sino por el horario y la luz. Mañana lo intentaríamos desde Las Flores, sabiendo que hasta aquí se podía llegar.

Raudamente nos volvimos a Las Flores donde unas simpáticas Tiny Houses nos esperaban con las salamandras a full, para compartir una velada entre amigos.

RECORRIENDO CANALES CON AUDIENCIA REAL

6 y 7 de julio de 2024

Cuando la lógica indicaba que en plena ola de frío polar lo mejor era quedarse en casa a recorrer canales con el control remoto e incrementar la audiencia televisiva, resulta que salimos de campaña a recorrer canales de desagüe en plena provincia de Buenos Aires y terminar teniendo una real audiencia en una abandonada estación ferroviaria.

Fuimos de la partida cuatro locos, Elsa y Cecilia por un lado y Adriana y yo por la otra, con el regreso estelar al ruedo de mi querida Pampa 02.

Les dejo unas fotitos y en breve desfilarán los reportes:

EL CANAL 9 DESDE DOLORES A RP29 MAS INTENTO DE CANAL 11

LAS FLORES Y EL GUALICHO

EL CANAL 11 ENTRE RP30 Y PTE EL ZORRO MÁS FINAL DE CANAL 12

PARAJE REAL AUDIENCIA

SURTIDO DE RAMALES Y OTRAS YERBAS

12 de mayo de 2024

<< GARDEY

Tras un agradable paseo por Gardey, nos dirigimos hacia María Ignacia, no por la ruta directa junto a las vías, sino por caminos secundarios que ofrecían la promesa de hermosos paisajes rurales serranos, los cuales resultaron ser un verdadero deleite al recorrer.

Ya conocíamos de otro viaje la estación VELA que es el nombre ferroviario de MARIA IGNACIA, así que nos dedicamos a visitar el pueblo en sí. Me llamó la atención una vieja estación YPF en venta a la que seguramente algún emprendedor le dará algún uso ingenioso. Al igual que Gardey es encantador, hasta gallina sueltas en la calle vimos, lo que muestra la paz que reina aquí.

Costeando las vías del ramal activo para cargas VELA-BARROW, nos dirigimos hacia el poblado de ESTACIÓN LOPEZ, curioso nombre ya que «estación» es parte del mismo. El pueblo es muy pequeño pero muy prolijo, como casi todos los de la zona, aunque éste ya pertenece al partido de Benito Juárez.

Otra característica de estos pueblos es el diseño asimétrico de su trazado urbano, que siendo en plena llanura es llamativo

La estación ferroviaria está en ruinas porque un tornado la arrasó en el pasado pero así y todo la conservan en condiciones como patrimonio histórico, pese a que seguramente hubiera sido más sencillo demolerla, como han hecho en otros lugares.

Continuamos hacia el remoto pueblo de TEDIN URIBURU, junto al ramal ferroviario desactivado CHILLAR-VELA, donde la estación está ocupada y solo puede ser apreciada desde afuera. Los carteles no están presentes.

Al igual que el pueblo anterior, su diseño es peculiar, destacando una enorme plaza con forma de rombo. Era domingo al mediodía y el lugar lucía desolado.

Continuamos explorando más estaciones en distintos ramales, lo que nos llevó a cruzar el arroyo de Los Huesos por el antiguo Puente San Francisco, descubriendo con agrado un cauce de agua considerable; el puente probablemente formó parte de un Camino Real en tiempos pasados. Sobre el hormigón hay varias placas de granito tallado con inscripciones de distancias y otras frases patrióticas que datan de 1929.

Al descubrir el trazado del desmantelado ramal ARROYO DE LOS HUESOS-CHILLAR, visitamos lo que queda de la estación MARTIN FIERRO, una pequeña localidad extinta que llegó a contar con una escuela y que ahora se ha transformado en una prolija estancia..

Desde ese punto, siguiendo los caminos vecinales que bordean la Boca de las Sierras y pasando por detrás del Parque Eólico Los Teros, se llega a la RN226, a pocos kilómetros de AZUL. Allí fuimos a visitar la entrada del cementerio local, coronada por el imponente Ángel Vengador de hormigón, obra del Arquitecto Salamone.

Aunque nos quedaba poco hilo en el carretel, decidimos visitar dos estaciones más perdidas en el ramal activo AZUL-LAS FLORES.

Al seguir las vías, llegamos a la ubicación de VICENTE PEREDA, donde lo único que parecía haber era un pequeño bosque. Sin rendirnos, retrocedimos hasta un paso a nivel situado unos 300 metros atrás, y desde allí pudimos ver el cartel. Abandonamos el vehículo y nos dirigimos a pie para tomar fotos, esquivando varios cerdos que pastaban sobre las vías.

El edificio de la estación había sido demolido, no quedaba nada; el terreno del complejo ferroviario, como suele suceder, se había transformado en una granja porcina (Chanchería en castellano antiguo)

Con ciertas reservas, debido a que el camino estaba poco transitado, continuamos junto a las vías hacia la enigmática SHAW, oculta en una densa arboleda que domina casi toda la estación.

Al hallar la manera de aproximarnos a pie, nos dimos cuenta de que estaba más que oculta; estaba totalmente devorada por la vegetación, incluyendo los galpones. La única área despejada era la zona de las vías, por donde aún circulan los trenes de carga. Los dos carteles seguían erguidos.

Con esta visita concluimos nuestro raid ferroviario de fin de semana y comenzamos el regreso por la RN3.

Cerca de Gorch, un supuesto atajo hacia General Belgrano nos atrajo y decidimos aventurarnos por caminos rurales solitarios al sur del río Salado, para finalmente regresar a casa por la RP29.

GARDEY, un pueblo encantador

12 de mayo de 2024

Amaneció muy fresco en Gardey. Incluso dentro de nuestra cabaña también había bajado la temperatura porque, claro, ninguno de los dos se levantó durante la noche a alimentar la salamandra.

El día despuntó muy lindo y pudimos comprobar la belleza del lugar donde recalamos anoche, el complejo de cabañas EL OTA.

El bosque de eucaliptos es encantador y las cabañas están bien separadas como para tener suficiente privacidad. Muy lindo lugar para descansar y excelente la atención de su dueño Daniel. Muy recomendables!

Desayunamos tranquilos, acomodamos los bártulos en la chata y salimos a completar el recorrido mientras regresábamos a casa.

Nos dimos una linda vuelta por GARDEY, que nos impresionó muy gratamente por la prolijidad y tranquilidad: pueblo con bicicletas sin cadenas en la calle, seguro es un buen lugar para vivir.

Por la hora que lo recorrimos parecía un pueblo completamente desierto, como lo documentan las fotos que siguen: calles y plazas sin humano alguno.

Las edificaciones antiguas están muy bien preservadas y es placer contemplarlas. Y hay muchas!

La estación está muy linda y cuidada y ahora funciona como Biblioteca Popular.

No hace tanto existía un tren turístico que salía de Tandil pero ya no corre, sin embargo parece lista para entrar en actividad cuando se lo requieran.

Seguimos con rumbo a María Ignacia, por caminitos serranos

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