Hombre multifunción, si los hay. Capaz de ir manejando, te va diciendo cuanto falta para el destino fijado, cómo se llama el accidente geográfico que estamos transitando según IGM, te cuenta la historia del puestero que se ve allá lejos, al que lo llamó por teléfono para pedirle permiso, mientras va buscando la llave de 10 mm para ajustar el soporte del chirimbolo que guardó adentro del farol que se saca abriendo la guantera, corriendo el pitutito que hace que no se caiga el soporte del gps. Todo eso mientras te ceba un terrible mate helado con su típico gorrito Adidas color violeta.
Y si necesitas una clampetita para el transbalador delantero, pedísela en medio de alguna desolada meseta, que él tiene una.
Asi es Pampa.
Y así lo queremos.
Al día siguiente seguimos recorriendo la zona en modo norte sur, más recostados al oeste, sobre la parte mas alta del cordón serrano. Más o menos seguimos el curso de un arroyo con algo de agua y bastante arbolado, donde encontramos una sucesión continua de pobladores aislados.
Huellitas serranasPobladores aisladosCría de chivosArroyo que acompaña al caminoPuestos abandonadosPequeños vadeosIncipientes cascadas riojanasArroyo que otorga vida a la zona
Se fueron sucediendo paisajes muy bonitos, con mucha vegetación hasta desembocar en Villa Casana, un prolijo poblado bastante cerca de Tuani, pero al que accedimos después de un gigantesco rodeo.
Recorrido hasta ChepesPlaza Virgen del Carmen en Villa CasanaDos futuros jubilados en el banco de la plazaPalmeras en la plaza de Villa CasanaEscuela de Villa CasanaLos maestros y los chicos nos recibieron muy amablemente
Allí nos mencionaron la existencia de una cascada más al sur, que nos causó extrañeza por la escasez de agua en la zona de la cual tomamos nota y fuimos a ver. Como era de esperar era un modesto saltito de menos de un metro de altura, pero bueno, hay que ponerse en la perspectiva de la gente de la zona, que no tiene la suerte de conocer otras cosas.
Arrimamos con las chatas a la cascadaTuvimos que caminar un poco para hallar la cascadaEsto era la cascada….
Ahora dejamos la zona serrana para volver a la sal, a Pampa de las Salinas, donde teníamos previsto acampar. Pasamos por Chepes a repostar combustible y después a la pasada visitamos una de las estaciones ferroviarias adyacentes a ala RP143, REAL DEL CADILLO, la cual está ocupada pero nos mostró una interesante construcción de piedra.
Hermosos edificios de piedraLástima tanto descuidoMuchos detalles de construcción increíbleLo que queda…Vías que ya no van a parte algunaRecorrido que hicimos
Poco más adelante nos adentramos en el monte con el objeto de atravesar los Médanos Negros para llegar al salar de Mascasín y de allí ingresar por el norte a Pampa de las Salinas. Sorteando tranqueras y unos alambrados caídos pudimos avanzar bastante hacia el oeste pero un tenso y nuevo alambrado nos cerró el paso cuando todavía faltaba un buen trecho, así que abandonamos el intento después de mucho renegar con la vegetación y los arenales.
Volvimos al camino vecinal que hilvanando puestos nos llevó al poblado de Las Toscas y desde allí nos asomamos a la Pampa de las Salinas.
Camino a Médanos NegrosArenales infernales y mucho calorLa huella cada vez mas desdibujada y comida por la vegetaciónLas Toscas, casi nada…
Como ya estábamos próximos al atardecer, buscamos un sitio adecuado sobre el borde mismo de las salinas sobre límite entre La Rioja y San Juan y armamos un maravilloso campamento mientras se preparaba una opípara cena enmarcada un en espectacular atardecer.
Buscando donde armar campamentoDos capos supervisando al grupoEncontramos un lindo rinconcitoCocineros en acciónPampa de las SalinasEl predio del campamentoLa carpita en el salarMi ventana al salarEspectacular atardecer
Al día siguiente, después de levantar el campamento, cruzamos la salina por su punta norte por una huella bien marcada que nos proporcionaba bastante seguridad, con destino a la «abertura» entre los médanos que limitan la salina por el oeste, la cual no es más que un río seco que las atraviesa en épocas de lluvias como afluente occidental de la salina.
Cruzando la Pampa de las SalinasCruzando el «abra» entre los médanosYa en desierto puntano, rumbo a Balde de LeyesCaminos polvorientos
Ya fuera de la salina, teníamos un objetivo difícil en las cercanías de Balde de Leyes, una curiosa formación vertical, que los motoqueros de Nestor Queralt bautizaron como «Pinga Parada» que hasta ahora sólo habíamos podido ver desde lejos.
Esta vez no fue muy diferente: si bien avanzamos bastante por ríos secos cada vez más estrechos, problemas en una de las chatas nos hicieron desistir dado lo tortuoso y lento de la aproximación.
Cartel vial que anuncia Balde de LeyesEn cualquier lugar remoto, siempre habrá un R-12Humildes viviendas en Balde de LeyesRumbo a la Ponga ParadaAsoma a lo lejos la sierra de las GuayaguasTortuosos arenalesCada vez más complicados
Dejamos la zona ya que el tiempo para este viaje se comenzaba a acabar y al día siguiente teníamos que volver a casa.
Nos alcanzó el día para visitar la estación MASCASÍN y casi con la oscuridad sobre nosotros pudimos conocer EL CADILLO, un interesante trifinio en cuyo alrededor hay un pequeño pueblo con pobladores en tres provincias diferentes: Córdoba, La Rioja y San Luis. En las fotos siguientes podrán ver materializado el trifinio sobre el cruce de las dos calles centrales del pueblo.
Estación MascasínEstación MascasínLo que queda del nomenclador donde se puede adivinar el nombreOtra de la estación MascasínOtra másVías que no van a ningún ladoVías que no van a ningún ladoMonolito lado San LuisMonolito lado San LuisMonolito lado CórdobaMonolito lado CórdobaMonolito lado La RiojaMonolito lado La Rioja
Terminamos durmiendo en San Luis, en un lindo hotel sobre el dique La Huertita,
El regreso al Gran Buenos Aires lo hicimos por la AU55 de San Luis hasta Nueva Galia y luego por la RN 188, donde nos sorprendieron algunos importantes desvíos por las inundaciones a la altura de Rancul.
Así terminó este interesante viaje entre la sal y las sierras, allá por 2017, con lugares para volver en alguna otra oportunidad.
RÍO MAYO – SARMIENTO – RP24 – LAGO COLHUE HUAPI – LAGO MUSTERS – RP23 – BUEN PASTO – SIERRA NEVADA – CRUCE SIERRA NEVADA – RP24 – PASO DE INDIOS – LAS PLUMAS
Desayunamos en Rio Mayo alojados en el hotel AKATÁ, donde habíamos cenado muy bien la noche anterior.
Vieja cabina telefónicaReloj de la Plaza de Río MayoCalles desiertas de Río MayoCalles desiertas de Río MayoAntiguo almacén de Ramos generales frente al hotel Akatá
El tiempo, ahora soleado y sin nubes, nos acompañaría en la aventura alternativa de asomarnos al lago Colhué Huapi, conocer el remoto Buen Pasto y luego intentar unir la RP23 con la RP24 cruzando el cordón de la Sierra Nevada.
Pesaba sobre nosotros la imagen del candado de la RP49c por lo cual el último objetivo era dudoso, pero igual encaramos con optimismo.
En la zona alrededor de Sarmiento hay muchos recorridos interesantes pero la mayoría de ellos requiere la autorización de los propietarios y la obtención de la llave de los candados. Se pueden intentar pero antes hay que hacer un largo trabajo de logística e investigación, que obviamente no habíamos realizado.
Por pura curiosidad, aunque sabíamos el resultado, antes de Sarmiento y sobre la RN26, arranca la llamada Huella del Medio, justo donde existía un viejo hotel demolido, de un nombre poco marketinero: Las Pulgas.
Esta huella era la antigua conexión de las carretas con la cordillera, pasando por Buen Pasto. Alejandro Aguado la ha descripto en muchos de sus posteos de Facebook y suena muy interesante ya que atraviesa varias viejas estancias con un enroscado desarrollo montañoso por la Sierra de San Bernardo.
Encontramos el arranque del sendero, pero justo allí una tranquera con una extraña cerradura con candado, anunciaba que se ingresaba al establecimiento Las Pulgas. Obviamente nos quedamos con las ganas.
Establecimiento Las PulgasUn cierre nunca vistoRuinas del Hotel Las Pulgas
Seguimos hasta Sarmiento bordeando el oeste del lago Musters y disfrutamos del verde del oasis generado por el pequeño delta del Río Senguerr al desaguar en el lago.
Lago Musters desde la RN26
Cargamos combustible y nos largamos hacia el norte por la RP24, que bordea la cuenca seca del extinto lago Colhué Huapi.
Cuesta creer que la enorme extensión plana que se extiende hacia el este era un inmenso lago donde ahora sólo se ven grandes nubes de polvo arrastradas por el viento. Nos arrimamos a sus «costas» un par de veces para verificar de cerca lo que veíamos. Era así nomás…
Esto era un lago….Por una huella nos arrimamos a su orillaUn poblador de arrimó a ver a los curiososLo que fue un paraíso ahora es un páramoEl viento genera enormes nubes de polvo en lugar de olasDesierto total
Cuando se termina lo que queda del lago, se bifurca la RP24 y allí tomamos la RP23 hacia Buen Pasto y pronto apareció la costa norte del Musters en un neto contraste con su antiguo hermano de agua, ambos alimentados por el río Senguer.
La RP23 comenzó a internarse en la Sierra de San Bernardo para cruzarla y caer en el protegido y fértil valle de Buen Pasto. El típico paisaje patagónico de la meseta central de Chubut proporciona esa sensación inigualable de belleza y soledad que tanto me gusta.
RP23 cruzando la sierra de Buen PastoCuriosa formación labrada por el vientoOtra más
Un remoto, pequeño y prolijo poblado con alrededor de 100 habitantes, a 914 msnm en plena meseta central patagónica, rodeada por la Sierra de Buen Pasto y la de las Hormigas. El clima tiene un gran rigor, muchas veces extremo; por el frío invernal, ciclos de sequías recurrentes y vientos intensos.
A lo lejos, Buen pastoBuen Pasto, un remoto enclave patagónico en el valle homónimoLlegando al puebloEl típico cartel ruteroHasta acá llegaron las grandes letras
En lo personal este perdido pueblito tiene mucho significado porque era un recurrente tema de conversación con Raine Golab, ya que ambos nunca lo habíamos pisado. Me quedé siempre con las ganas de hacer un viaje con ella para conocerlo. No pudo ser.
El pueblo estaba desierto y pese a que recorrimos todas sus anchas calles de bloquecitos de hormigón, casi no vimos a nadie.
Calles desiertas de Buen Pasto ICalles desiertas de Buen Pasto IICalles desiertea de Buen Pasto IIICalles desiertas de Buen Pasto IV
Dejamos Buen Pasto siguiendo la RP23 hacia el norte comenzando a costear la Sierra Nevada, dejándola a la derecha.
Por muchos kilómetros contemplamos consternados la enorme cantidad de guanacos y ovejas muertas que dejó el duro invierno de 2024. Muchos de ellos amontonados contra los alambrados que les impidieron seguir buscando el preciado alimento que pudiera mantenerlos vivos. Un panorama tan sobrecogedor que no nos animó a sacar foto alguna de la trágica situación.
Mas al norte, la Sierra Nevada justificó su toponimia, mostrando su pico más alto, que ronda los 1600 msnm, completamente blanco. A sus pies y a la orilla de una ignota laguna, paramos a almorzar y allí pudimos degustar los clásicos huevos con panceta de mi factura personal. No hay viajes del Pampa sin huevos con panceta.
La Sierra NevadaEncontramos un rinconcito al reparo del vientoUna ignota laguna entre nosotros y la Sierra NevadaNuestro almuerzo de huevos con panceta al disco
Nos faltaba completar el objetivo de atravesar la Sierra Nevada por su extremo norte, uniendo la RP23 con la RP24 pero no sabíamos si era viable. Teníamos unos tracks pero eran algo difusos sobre las satelitales.
Si lo lográbamos, en pocas horas estaríamos en Paso de Indios muy temprano pero en caso contrario, estaríamos obligados a una larga vuelta por Gobernador Costa volviendo a la RN40 fugazmente, bien al oeste.
Apareció el desvío, poco transitado pero bien marcado y empezó la interminable apertura y cierre de tranqueras, donde Adriana lució sus conocimientos de tranquerismo. Encontramos primero varios puestos abandonados y luego a la vera de un cauce de un arroyo temporario con abundante agua, las primeras estancias en actividad, donde nos confirmaron que la huella era un camino vecinal público y que con paciencia llegaríamos a la RP24.
Todavía sobre la RP23 buscando el desvíoUn oasis debido a un caudaloso arroyo temporarioIntensa actividad ovina
Siguió la incesante apertura y cierre de tranqueras y de este modo la enroscada huella nos fue llevando lentamente hacia la RP24. El objetivo inventado a último momento se había cumplido conociendo otra zona inexplorada de la meseta chubutense.
El tipo de huella que seguimosFestival de tranquerasMás tranquerasY más tranqueras
Recorrido del día
Era muy temprano para dormir en paso de Indios, así que decidimos llegarnos hasta Las Plumas y cenar y alojarnos en el Viejo Hotel
Llegamos a la tardecita y nos fuimos derecho a cenar, disfrutando de la despedida del viaje con la exquisita comida casera que sirve muy amablemente Marta.
Lo único que salió mal fue que cuando ocupamos las habitaciones no había agua para bañarse. Justo tuvimos la mala suerte que se quemó la bomba presurizadora central y pese a los esfuerzos de Marta y su esposo, no hubo forma de hacerla andar.
Pobres, ellos estaban mas preocupados que nosotros tratando de solucionar el problema y se deshacían en disculpas. Nos compensó con desayuno gratis por la mañana y todo quedó en una anécdota. Cosas que pasan.
Y así terminó el viaje del grupo de eclipsados, ya que al día siguiente cada uno siguió su propio rumbo. Nosotros pasamos por Puerto Madryn a visitar viejos amigos y desde allí volvimos a casa, parando a dormir en Macachín.
¡Otro viaje extraordinario con queridos amigos! 5516 km de felicidad y de bajo consumo. Bien la Ranger.
PD.: ¿Habrá otro eclipse que podamos ir a ver? Será en Patagonia en 2048, en una de esas llegamos… 🙂
Salimos bien temprano de Estancia Suyai, sin saber muy bien todavía dónde sería el lugar adecuado para ver el eclipse.
El plan original que era ir a verlo en algún sitio de la línea de máximo oscurecimiento que corría aproximadamente entre Las Horquetas y San Julián, idealmente cerca de la estancia La María donde existen pinturas rupestres muy importantes; esta posibilidad se nos había diluido completamente ya que todos los pronósticos indicaban nubosidades entre el 60 y el 80% en esa zona y con estos números era un pecado haber hecho tantos kilómetros para no ver el eclipse.
Felizmente, los mismos pronósticos mostraban que más al norte, sacrificando un poco el porcentaje de oscurecimiento, la nubosidad bajaba hasta ser casi cero en Perito Moreno, límite para poder ver el anillo aunque sea un poco descentrado.
Nos encontramos de nuevo con el grupo en Lago Posadas y decidimos corrernos hasta Bajo Caracoles y allí decidir adonde dirigirnos. Ernesto había conseguido reparar a nuevo el tensor de la suspensión trasera y estaba otra vez en carrera.
Antes de salir nos anoticiamos que muy cerca del pueblo existían unas pinturas rupestres que podrían suplantar las que no veríamos en La María.
Recorrimos una precaria huella sin señalizar que arranca enseguida a la salida del pueblo hasta encontrar un imponente paredón donde dejamos las chatas y caminamos poco más de un kilómetro hasta ubicar la zona que nos habían informado. Costó encontrarlas pero al final lo logramos y valió la pena.
No son tantas como en la Cueva de las Manos pero hay una variedad interesante de formas y dibujos. desde el lugar se tiene una vista imponente del pueblo y del lago Posadas. La galería que sigue permite apreciar la afirmación anterior.
Paredones del valle del PosadasPueblo y lago PosadasCordillera nevada de fondo y arboledas de lago PosadasParking cerca de las pinturasYendo a buscar las pinturas rupestres
Cumplida esta misión nos dirigimos a Bajo Caracoles, donde Guillermo y Elcira nos esperaban con su motorhome. Antes de mediodía nos encontramos con ellos con lo cual el nutrido grupo de eclipsados se completó.
Los típicos surtidores de Bajo caracoles
La novedad fue que contaban con una antena de Starlink, con lo cual teníamos acceso a Internet y podíamos tener datos online de la nubosidad.
Se confirmó que ir hacia el sur no era conveniente pero moviéndose un poco al norte había grandes probabilidades de éxito. La opción de la estancia La Vizcaína, que habíamos investigado ayer, se abrió como la mejor oportunidad ya que nos ponía en un sitio donde era posible ver el anillo con suficiente claridad.
Banda de visualización del eclipse: la línea central era el mejor lugar; finalmente lo vimos en el centro de la banda superior, cerca de la RN40
La caravana partió rauda hacia allí con el objeto de esperar el eclipse y de paso disfrutar de alguna de las comidas gourmet que Hugo había traído, tal como es su costumbre habitual.
Los fideos de Hugo, antesala del eclipse
Nos encontramos con Pedro, el dueño de la estancia, que estaba trabajando y salía para recorrer el campo y nos permitió establecernos al costado el casco al reparo del viento incesante.
Primero disfrutamos de un exquisito almuerzo con fideos y salsa boloñesa y después nos dispusimos a esperar el inicio del eclipse con máscaras de soldar, anteojos, trípodes y demás adminículos que cada uno había dispuesto al efecto.
Antesala del eclipseEl cielo se preparaba para el espectáculoTodo era «raro»Esperando el eclipsePrimeros escarceos de pruebaConcentrados mirando el espectáculoMuy felices de presenciar este evento inusual
A eso de las 16:30, a través de los filtros empezamos a ver como la luna empezaba a tapar al sol desde abajo hacia arriba. Lentamente lo fue cubriendo y a las 17:40 se pudo ver el espectacular delgado anillo concéntrico que buscábamos.
Si bien no se oscureció el día totalmente como si nos ocurrió en casos anteriores (La Rioja 2018 y Rio Negro 2021), se notó claramente la rara luminosidad que caracteriza a los eclipses, que genera esas extrañas sensaciones en quienes tuvimos la suerte de presenciarlos. La misión se había cumplido exitosamente!
El ciclo se completó unos 50 minutos después cuando la luna descubrió nuevamente el sol y todo volvió a la normalidad. Las siguiente secuencia de fotos muestra cómo fue evolucionando:
Lo novedoso fue que al tener Starlink, transmitimos en vivo el eclipse a todos nuestros amigos gracias al servicio generosamente prestado por Guillermo y Elcira 🙂
El grupo d e felices eclipsados
Levantamos campamento pero no pudimos despedirnos de Pedro y agradecerle su generosidad, pero le dejamos unas botellitas que seguro va a disfrutar…
En 2048 habrá otro eclipse del mismo tipo en esta misma zona, así que si llegamos vivos habrá otra oportunidad :). Por nuestra parte Adriana y yo tendremos apenas 89…
Nos quedaban unos días más en un itinerario que se había modificado debido a la nubosidad: el regreso por la costa había sido descartado, así que decidimos volver atrás y aprovechar para visitar el remoto pueblo de Buen Pasto y explorar la enigmática ruta P23 de Chubut, además de alguna otra sorpresa. Siempre guardo un as en la manga…
Terminamos yendo a dormir a la localidad de Rio Mayo, después de reservar hotel desde el medio de la nada gracias a Starlink.
Mañana sería el turno de conocer el postergado Buen Pasto
PERITO MORENO – ESTANCIA LA VIZCAINA – RP 105 – RP41 – PASO ROBALLOS – LAGO PUEYRREDÓN – ESTANCIA SUYAI – LAGO POSADAS
Recorrido del día
Con la incorporación de Adriana y Ernesto, la caravana de los eclipsados ya contaba con cinco vehículos, que partieron todos juntos hacia el sur con la idea de llegar a Lago Posadas, desde dónde en función de la nubosidad del día siguiente decidiríamos adonde dirigirnos.
El día sería un tranquilo paseo por los alucinantes paisajes que siempre depara la RP41 y de algún modo «descansar» del trajín de los días anteriores, ya que acumulábamos cerca de 3000 km en tres días.
RN40 hacia el sur, disfrutando de los paisajes coloridos del Río Pinturas hasta que pensando en las alternativas para el eclipse, entramos a preguntar si podríamos verlo dentro de la estancia La Vizcaína, donde alguna vez conocí al propietario y tiene buenos lugares para acceder a la meseta del lago Buenos Aires. Se acordó de los locos confluencieros del 2008 cuando hicimos LATITUD 48 y nos dijo que no tenía problemas en recibirnos. Ya teníamos reserva en ese lugar si hacía falta!
Pocos kilómetros después dejamos la RN40 y nos adentramos en la RP105, que te conduce por primero por paisajes de estepa, hasta encontrar el inmenso y aislado lago Ghío. donde las montañas hacen su aparición como prólogo del Paso Roballos.
La cantidad de nutridas manadas de guanacos en esta ruta es increíble. En todas las rutas patagónicas cruzar guanacos es algo común peronunca había visto tantos juntos.
Sólo en una manada que se nos cruzó contamos más de 100 ejemplares; seguramente la cercanía del Parque Nacional Patagonia, donde se encuentran protegidos, es un fuente inagotable de reproducción únicamente amenazada por la presencia de pumas, que indudablemente no alcanzan a balancear el número o tal vez se ocupan de las ovejas que son más fáciles de cazar.
Increíble manada de guanacos
El lago Ghío nos cautiva con su color turquesa y su vasta extensión a lo largo de la RP105. A medida que nos acercamos a la exquisita RP41, los paisajes se tornan aún más hermosos.
Llegando al lago GhíoLlegando al lago GhíoLlegando al lago GhíoMás lago GhíoMás lago GhíoBordeando el sur de la meseta del Buenos AiresBordeando el sur de la meseta del Buenos AiresPaisajes de la RP105 antes de RP41Paisajes de la RP105 antes de RP41
En el cruce de ambas rutas, nos reagrupamos y descubrimos que Ernesto tenía roto un tensor de la suspensión trasera. Aunque podía continuar, recomendamos que se dirigiera lentamente hacia Lago Posadas para repararlo y evitar riesgos. El resto del grupo seguiría hacia Paso Roballos y, posiblemente, subiríamos a la parte alta de la RP41 para experimentar la nieve que, en esta época del año, suele bloquear el camino. Sería la excusa perfecta para disfrutar de los paisajes de esta ruta escénica sin igual.
Parada en cruce de RP105 y RP41
Efectivamente, llegamos hasta el Paso Internacional y en el regreso, cruzamos el río Roballos e iniciamos el ascenso. El clima, que había estado soleado, cambió repentinamente a nublado, comenzando con lloviznas y luego con aguanieve. No se veían huellas previas en el camino, señal de que nadie había pasado antes. La nieve acumulada desde el invierno se hizo presente a partir de los 1000 metros sobre el nivel del mar, y los bancos de nieve eran cada vez más grandes hasta que, al alcanzar los 1250 metros, ya no era seguro continuar sin asumir riesgos. Nos volvimos satisfechos.
RP41 al sur de RoballosRP41 al sur de RoballosRP41 al sur de RoballosPaso RoballosRP41 al norte de RoballosNieve a los 1000 msnm en RP41Planchones impasables a 1250 msnm en Rp41
Al descender, el clima volvió a cambiar y ahora fue el momento de las buenas fotos con el paisaje soleado.
Cordillera nevada
Borde sur de meseta del lago Buenos Aires
Borde sur de meseta del Buenos Aires
Borde sur de meseta del Buenos Aires
Borde sur de meseta del Buenos Aires
Maravilloso paisaje
Supremo!
Lagunas cordilleranas
Flamencos
Laguna cerca de Roballos
Laguna cerca de Roballos
Laguna cerca de Roballos
la sorpresa fue un tremendo arco iris en el medio de las montañas que nos cautivó. Un regalo inesperado de la naturaleza.
Arco Iris entre montañasArco iris entre montañas
No estábamos lejos de Lago Posadas y era temprano, así que optamos por la senda que te conduce directamente al istmo que separa el lago Posadas del Pueyrredón. Es una huella muy angosta y zigzagueante y muy entretenida que vale la pena hacer. El día se había vuelto soleado de nuevo.
Hermosa huella al Istmo entre el Posadas y el PueyrredónA lo lejos el istmoEl Posadas a la izquierda, el Pueyrredón a la derecha
Al llegar a La Angostura, nos dividimos. Adriana y yo habíamos tomado el compromiso de visitar a nuestros amigos de Suyai y eventualmente nos quedaríamos allí; los demás siguieron a Lago Posadas, donde tenían reserva de alojamiento y de paso se encontrarían con Ernesto. para ver si había solucionado su problema.
Quedamos en encontrarnos en Lago Posadas en la estación de Servicio a las 8:30 para decidir dónde veríamos el eclipse. Aquellos que se dirigieron directamente a Lago Posadas no pudieron resistirse a visitar el Arco de Piedra.
Antesala del Arco de PiedraEl Arco de Piedra
Aquellos que se dirigieron directamente a Lago Posadas no pudieron resistirse a visitar el Arco de Piedra; mientras tanto, nosotros optamos por quedarnos en Suyai, deleitándonos con un atardecer de ensueño y nos libramos de montar la carpa al encontrar justo un dormi disponible.
Rumbo al río OroPuente sobre el río OroLlegando a Suyai
Fue un placer reencontrarnos con Roberto y su esposa, quienes, como siempre, nos brindaron momentos muy agradables de conversación. Siempre sentimos la necesidad de regresar a Suyai, otro de mis rincones favoritos en el mundo.
Atardecer espectacular en SuyaiLago Pueyrredón en SuyaiCamping en SuyaiCamping en Suyai
Aprovechando que teníamos internet estuvimos viendo adonde nos dirigiríamos mañana para ver el eclipse ya que por todos lados el pronóstico indicaba alta nubosidad, especialmente más al sur donde el oscurecimiento era máximo.
Nos levantamos temprano porque podríamos tener un largo día con complicaciones (lo que se cumplió) y entonces para las 8:30 estuvimos en orden de marcha. Esperábamos encontrar algo de barro en la RP93 porque la playa de la estación de servicio apareció toda encharcada y pensábamos esa podría ser la primera dificultad.
YPF Fitz Roy después de una noche lluviosaCalles de Fitz Roy
Siguiendo un tramo de la RN3 hacia el sur, tal como lo señalaba el GPS, tomamos la RP93 a través de una tranquera, la primera de muchas por abrir.
El inicio de la RP93
Aunque había llovido a unos 30 kilómetros al norte durante la noche en Fitz Roy, aquí solo quedaban rastros de una ligera garúa, lo que dejaba a nuestras huellas como las únicas visibles. Por lo menos, sabíamos que éramos los primeros en pasar ese día.
RP 93RP 93Un alto en la RP 93 para desinflar neumáticos
El primer tramo discurre por una extensión muy plana llamada Pampa del Tongoril y luego comienza a internarse por cañadones donde se encuentran escondidos cascos de estancias, a reparo del viento que aquí es amo y señor.
Pampa del Tongoril a fullUna de las estancias que atravesamos
Cruzamos varios de ellos pero a medida que avanzábamos la calidad de la ruta se iba degradando hasta convertirse en una sendero precario y muy poco transitado, atravesado por cauces temporarios que lo deterioran permanentemente.
RP93 casi desaparecidaRP93 algo degradada
Esta ruta es rara vez transitada por turistas, ya que si bien conduce a través de un camino largo, agreste e incierto hacia el Bosque Petrificado de Jaramillo, al existir un acceso más directo y civilizado y directo por la RP49b, los turistas optan por este último.
Por lo tanto, su uso se restringe principalmente para llegar a las estancias y fue temporalmente transitada durante la construcción de la línea eléctrica de 500 kV cercana, evidencia de ello son los caminos secundarios que aún subsisten para acceder a cada torre, semejantes a cicatrices que se resisten a desaparecer.
¿Quienes se le animan? Nosotros!
La LEAT de 500 kV tendida en la luna…
Casi llegando a la RP49, un gran cauce de un rio seco había destrozado lo que quedaba de la RP93 y tuvimos que ingeniarnos un poco para atravesarlo, pero sin esfuerzos extraordinarios. Los paisajes empiezan a convertirse en alucinantes.
Una laguna fruto de las últimas nieves y lluviasUn alto en el caminoLas típicas mesetas de la zona del valle del Deseado, los picos truncadosMontaña multicolores
Ya en la RP49b, acceso natural al Bosque Petrificado de Jaramillo, nos encontramos con una perfecta ruta ripiada hasta el lugar donde están los guardaparques, en el acceso a la extensa Laguna del Bajo Grande, cementerio de los enormes troncos convertidos en piedra.
RP49bRP49bMás RP49bLlegando al Parque NacionalLa portada del Parque es impresionanteVolcán Madre e Hija, dominador del escenario
Por supuesto, nos detuvimos a conversar con el guardaparque, que nos impartió la charla introductoria y después fuimos a recorrer a pie el sendero que te conduce a la contemplación de los grandes troncos pétreos.
Centro de Visitantes del ParqueIngenioso cartel con paisaje enmarcado
Adriana y yo conocemos el lugar desde 2006, pero siempre es agradable redescubrir estas cosas. Es ciertamente extraño pensar que hubo un bosque tropical en esta área, pero las evidencias son irrefutables.
Original marco para el Volcán Madre e HijaImpresionante tronco casi enteroNo quiero imaginar la motosierra. (de widia)….Troncos pétreos por doquierDos grandes: Claudio y el tronco de alrededor de 3 m de diámetroCasi se pueden ver los anillosHasta que no los tocás parecen de madera realRecorredores del sendero del parque
Hay que tener en cuenta que sólo se puede acceder a una pequeña porción del parque a través de este sendero pero que el área protegida total es muy extensa y de momento es intangible. Según el guardaparque hay lugares donde se pueden encontrar hasta hojas petrificadas…
Otra vez se presenta la paradoja de vedar el acceso a todos para cuidarlo para las generaciones futuras que tampoco nunca lo van a poder ver, según este particular criterio conservacionista.
Toda esta gran depresión, el bajo de la Laguna Grande, que de vez en cuando se inunda, está dominado por el curioso cerro Madre e Hija, que hace las veces de guardián omnipresente de la zona.
Volcán Madre e Hija, también llamado HorquetaTodo dichoBajo de la laguna Grande
Continuamos por la RP49b hacia el oeste con el objeto de salir a la RP12, pero a partir de aquí, si bien no es mala, no tiene el cuidado y mantenimiento del tramo entre la RN3 y el parque.
Realmente esperábamos algo mucho más áspero, ya que recordaba haber visto un cartel en la RP12 donde alertaba la peligrosidad del camino por curvas y fuertes pendientes además de la recomendación «SOLO 4×4». Nada que ver, cualquier vehículo alto lo puede transitar con precauciones normales.
Se trata de un típico camino secundario patagónico que primero asciende hasta salir del bajo, proporcionando una hermosa vista del parque hacia el este y luego transita entre pequeñas pampas y cañadones accediendo a distintas estancias, mientras manadas de guanacos se cruzan permanente y peligrosamente ante nosotros.
Llegamos a la RP12 completando el tramo b de la RP49; ahora subimos unos kilómetros hacia el norte con el objetivo de encarar el desconocido tramo c de la RP49 y de ese modo, unir la RP12 con la RP39.
Este tramo de 138 km no está en los mapas de la AVP aunque figura en el nomenclador vial con 74 km sin abrir. Por supuesto lo revisamos en las satelitales y la huella era visible en todo su recorrido y atravesaba a priori zonas muy interesantes con foco en la meseta El Pedrero; lo que no habíamos podido determinar era si las tranqueras tendrían candados y en que estado se encontraría la traza después del crudo invierno de 2024 con sus pesadas nevadas y posteriores deshielos. Pero, como buenos exploradores que somos, la íbamos a intentar de todos modos.
La inexistente RP49c entre RP12 y RP39
En el arranque, en la intersección de la RP12 y la 49c, casi fracasamos sin recorrer un solo metro: una tranquera con candado impedía el paso pero lo que había después era una ruta recién construida, bien enripiada y hasta con guardarraíles nuevitos: raro.
Tranquera y candado en el arranque de la RP49 c
A simple vista, a unos 1000 metros se veía la estancia La Huella. Claudio y yo pateamos hasta allí para ver qué onda: No había nadie, ni siquiera perros aunque no lucía abandonada del todo.
Casi rendidos, se nos ocurrió recorrer los alambrados sobre la RP12 y a unos cientos de metros al sur encontramos una huella que permitía esquivar la tranquera sin romper nada.
Tal vez no era la mejor decisión teniendo por delante 138 km pero las ganas pudieron más y pisamos el inicio de la RP49c obviando la tranquera.
Los primeros diez kilómetros, como ya les expresé eran los de un ruta moderna recién abierta y en excelentes condiciones como esperando la inauguración pero paulatinamente se fue degradando a una huella de un solo carril, casi sin tránsito. Lo bueno era que se sucedieron multitud de tranqueras sin candado, lo que nos volvió optimistas respecto al futuro.
Inicio de la RP49c, bien ripiada y con guardarraílesSeguía así por varios kilómetrosMas adelante empezaba a desdibujarse…adentrándose en interesantes geografías
Lenta pero firmemente nos íbamos adentrando en geografías cada vez más interesantes y cambiantes ya que el precario sendero se desarrollaba zigzagueante por cañadones, esquivando pequeñas montañas de formas llamativas.
El plan era avanzar hasta un rato antes de anochecer y acampar en algún lugar remoto en el medio de la nada porque a ese ritmo no íbamos poder llegar a Bajo Caracoles ó Lago Posadas. Se preveía una noche de campamento con algunos grados bajo cero pero veníamos preparados.
Sin embargo, sucedió lo inesperado: después de casi 60 km, casi la mitad del recorrido, una tranquera con candado y un nuevo y tenso alambrado nos cortó la ilusión. Teníamos marcada en el mapa la estancia Cerro Argentino a unos cinco kilómetros más adelante pero siendo las 17:30, no era viable hacer esa caminata con resultado incierto.
Punto final… 🙁
¡Cómo extrañamos no haber llevado una bicicleta para poder hacer el intento!
Con la cola entre las patas, tuvimos que abortar el intento justo donde la huella prometía lugares impactantes. Pusimos en marcha el plan B, que era retomar la RP12 hasta Pico Truncado y de allí la RP43 hasta Perito Moreno.
Esto, si bien era más aburrido y cansador, no alteraba los planes del día siguiente, que eran llegarnos hasta Lago Posadas vía Paso Roballos.
Por otro lado, nos brindaba la oportunidad de deleitarnos con los paisajes asombrosos que revela la RP12 en esa región, cerca del desolado Puesto Policial Las Sierras. Al observar las geoformas multicolores, resulta sencillo visualizar castillos y palacios como los de los cuentos infantiles.
Estaba bastante despareja la RP12 al atravesar el valle del río Deseado pero llegamos sin problemas hasta Pico Truncado, desde donde hicimos las reservas de alojamiento en Perito Moreno, donde llegamos cerca de las 22:30.
En Perito Moreno estaban también Adriana y Ernesto, que habían sufrido una fuerte nevada (¿?) sobre la RN3 después de Garayalde y tuvieron que chapalear barro en la RP37 para llegar a Pampa del Castillo.
Ernesto chapaleando barro en RP37 de Chubut
Cena rápida en el mismo hotel y a dormir para encarar el día siguiente, que sin bien era un tranquilo enlace, empezaba la preocupación por acertar donde habría poca nubosidad en los cielos para observar el eclipse.
Una excelente excusa para recorrer rincones ignotos de Santa Cruz y Chubut
FLORENCIO VARELA – MACACHIN – PERU – SAN ANTONIO OESTE – COMODORO RIVADAVIA – FITZ ROY – RP 93 – BOSQUE PETRIFICADO JARAMILLO – RP49B -RP49C -PICO TRUNCADO – PERITO MORENO – RP105 – PASO ROBALLOS – RP41 – LAGO PUEYRREDON – RP39 – LAGO POSADAS – BAJO CARACOLES – ESTANCIA LA VIZCAÍNA -RIO MAYO -SARMIENTO – RP24 – LAGOS COLHUE HUAPI y MUSTERS -RP23 – BUEN PASTO – SIERRA NEVADA – RP24 – PASO DE INDIOS – LAS PLUMAS – PUERTO MADRYN – MACACHIN -FLORENCIO VARELA
La noticia del eclipse anular del 2 de octubre de 2004 en la Patagonia encendió completamente mi entusiasmo para organizar un viaje centrado en ese fenómeno; las experiencias anteriores en La Rioja y en Río Negro habían sido excepcionales y nos habían marcado a todos.
Al compartir la idea en nuestro grupo de viajeros, rápidamente se sumaron media docena de interesados.
Así, nos dedicamos a buscar un sitio inusual y exclusivo (en el medio de la nada, por supuesto) para su observación y a diseñar una ruta que nos permitiera explorar algunas de las numerosas huellas y senderos aún desconocidos de las impresionantes provincias de Santa Cruz y Chubut.
Fuimos de la partida Elsa Ons, Hugo y Laura, Daniel y Claudio, Ernesto y Adriana, Sergio y Adriana y Guillermo y Elcira. Pablo y Marisa iban a venir pero problemas de salud los obligaron a desertar.
Les dejo el trailer de la expedición con algunas fotos representativas mientras escribo con más detalle lo que vivimos, intenso por cierto
No llegamos a armar una caravana al principio con todos juntos porque era un popurrí de situaciones individuales, pero acordamos encontrarnos en Bajo Caracoles el miércoles 3, bien temprano.
En particular, los que salimos el sábado 28 desde Buenos Aires y La Plata, nos agrupamos en San Antonio Oeste para cenar en el infaltable restaurante OLAF.
Desde allí, con un clima extremadamente variable y frío que alternaba entre sol, nubes, lluvia, niebla, viento y algo de nieve a lo largo de la RN03, concluimos el domingo por la noche en Fitz Roy. El alojamiento y la cena en la nueva estación de servicio YPF fueron excelentes. ¡Las habitaciones incluso cuentan con losa radiante!!
Alojados en Fitz Roy
Lunes 1 de octubre: RP93-RP49B-BOSQUE PETRIFICADO JARAMILLO- RP49C
La aventura comenzó aquí, tomando la RP 93, siguiendo por la RP49B hasta el Bosque Petrificado de Jaramillo, continuando por la RP49B hasta la RP 12, el intento fallido de recorrer la RP49C hasta Bajo Caracoles y finalmente, un agotador regreso para pasar la noche en Perito Moreno. La idea era completar la RP49C acampando en algún remoto lugar de la meseta central pero no se pudo: una tranquera con candado nos lo impidió, cuando ya habíamos recorrido casi la mitad..
RP 93Paisajes lunaresBosque PetrificadoAlgún sitio de RP49C
Martes 2 de octubre: EL PASO ROBALLOS Y EL LAGO PUEYRREDON
Un día de paseo por hermosos paisajes cordilleranos para arrimar a la zona del eclipse.
Bajamos por la RN40 hasta la RP105 , donde en su trazado pudimos contemplar el increíble y enorme lago Ghío antes de asomarnos al siempre sorprendente Paso Rodolfo Roballos con sus paisajes bellísimos.
Jugamos un rato subiendo por la RP41 rumbo a Los Antiguos hasta que la nieve acumulada del invierno nos frenó y luego nos dirigimos al sur parte por la misma ruta y parte por una sinuoso sendero que nos dejó en el istmo que divide el lago Posadas del Pueyrredón. Si todo iba bien, veríamos el eclipse en la zona pero…
Guanacos a montonesAlturas de RP 41Paisajes del Paso RoballosSenderos fuera de RP 41Estancia Suyai
Miércoles 3 de octubre: PINTURAS RUPESTRES Y EL ECLIPSE
Los pronósticos meteorológicos con alta nubosidad para la zona nos obligaron a salir a la RN40 y tener la posibilidad de buscar cielos sin nubes.
Antes de hacerlo, visitamos una desconocidas pinturas rupestres que se encuentran a pocos kilómetros del poblado de Lago Posadas. Luego nos dirigimos a Bajo caracoles donde Guillermo y Elcira nos sorprendieron con un Starlink a bordo de su camper, que nos permitía monitorear el pronóstico en cualquier parte.
Pinturas rupestres
Los lugares óptimos de observación del eclipse con la máxima cobertura de la luna sobre el sol eran hacia el sur, en la zona Las Horquetas, pero la nubosidad no bajaba del 60%. Por el contrario, hacia el norte sacrificando algo de cubrimiento, el pronóstico daba soleado.
Finalmente, nos instalamos en la estancia de un viejo conocido de cuando andábamos cazando confluencias y alía nos dispusimos a almorzar y a esperar el eclipse, el cual fue un éxito total.
Mirando el eclipseMomento del eclipseEclipse con filtro
Terminamos yendo a dormir a Rio Mayo abortando parte del plan de recorrer otras rutas más al sur que no conocíamos (RP79 y RP77).
Jueves 4 de octubre: LA RP23, BUEN PASTO Y EL CRUCE DE LA SIERRA NEVADA
El as era conocer por fin la remota localidad de Buen Pasto y recorrer la RP23 entre el lago Musters y Nueva Lubecka. Cuando no faltaba mucho para culminar la tarea y llegar a la RN40, nos animamos por huellas que no están en los mapas a tratar de salir a Paso de Indios alcanzando la RP24, cosa que también logramos.
Fuimos a dormir a LAS PLUMAS donde en el Viejo Hotel tuvimos una anécdota inesperada…
RP23Buen PastoCruzando la Sierra Nevada
Viernes 5 y sábado 6 de octubre: DE LAS PLUMAS A CASA
En LAS PLUMAS, concluidos los objetivos del viaje, cada uno se volvió a casa por donde mejor le quedaba. Adriana y yo pasamos a visitar amigos en Puerto Madryn y después terminamos durmiendo en Macachín. A la tarde del sábado estábamos en casa, muy contentos del viaje realizado, de haber podido ver el eclipse y de haber gozada de unos espléndidos días con buenos amigos.
Después de la saga deCanales Invernales, la duda de cómo se iniciaba el Canal 11 en las cercanías de Tapalqué seguía atormentándome y en la primera de cambio decidimos invertir un día para tratar de dilucidarlo.
Una tranquera detectada en Street View a dos kilómetros del inicio ofrecía dudas pero así todo lo encaramos. Si fallábamos, el Plan B era recorrer algunas cercanas estaciones del Provincial que nunca había visitado, como para justificar el viaje.
El resumen del viaje como introducción, en modo Relive, está AQUÍ
Los detalles de cada lugar visitado, como siempre, en sucesivas entradas:
Luego del fallido del inicio del canal 11 y de la posibilidad de seguir por sus márgenes desde la RP51, echamos mano del Plan B: visitemos estaciones abandonadas de la zona!
Continuamos hacia el sur por la RP51 y, antes de llegar a Azul, nos topamos con los vestigios de la traza del Provincial. Girando hacia el oeste por un camino rural durante 12 kilómetros, nos dirigimos hacia Eufrmio Uballes. La ruta, que corre paralela a los restos del terraplén, atraviesa una zona propensa a inundaciones, evidenciada por los numerosos restos de alcantarillas y puentes en desuso.
Terrenos anegados a lo largo de la trazaPuentes desmantelados
Así arribamos a Eufemio Uballes, uno de los tantos lugares desolados por donde en algún momento transitó el tren y donde ahora solo persisten ruinas y unos pocos habitantes que residen en lo que probablemente fue la vivienda de los trabajadores ferroviarios. Costó cruzar el alambrado eléctrico sin riesgos y pudimos sacar unas «bonitas» fotos del naufragio ferroviario, tristes pero reveladores de lo que alguna vez fue…
Estacionados frente a UballesAlambre eléctrico en Uballes
La estación lleva el nombre del médico Dr. Eufemio Uballes (1848-1933), impuesto en homenaje al donante de las tierras donde se estableció la estación ferroviaria, el 6 de octubre de 1930, y su primitivo poblado.
Ruinas de UballesLarguísimo andén de UballesNaufragio ferroviario en las pampasDesolaciónDestrucciónLas gruesas paredes resistenSe salvó la palmera…Casa de auxiliares habitadaDice Estación Uballes, pero no es…
Más luego retrocedimos a la RP51 por el mismo camino, la cruzamos y nos dirigimos al pequeño poblado de Ariel, donde nos encontraríamos con una estación en bastantes buenas condiciones que se destaca porque tiene un andén central, producto que allí se dividía el ramal a Olavarría y a Azul. Imaginen el tráfico que debía existir para que hayan previsto esa situación de que un tren podía esperar al otro para hacer la combinación.
Antes de meternos a fotografiar la estación, nos acercamos a un humilde comercio cercano para verificar que no hubiera problemas para ingresar.
Estación Ariel, envejecida pero en pie, casi intactaAnden central de ArielTípico frontispicio del Ferrocarril ProvincialViajeros en andén central de ArielAndenes de Ariel
Ariel es un muy pequeño poblado con no más de 40 habitantes donde cuesta imaginar cual es la actividad que les provee el sustento, aunque claramente viene por el lado de algo de agricultura y ganadería. Se fundo allá por los años 1930, lógicamente cuando pasó el ferrocarril.
El origen de su nombre es bastante singular, dado que proviene de un libro escrito por el uruguayo José Enrique Camilo Rodó Piñeyro, inspirado en un ensayo de William Shakespeare, del cual transcribo una sintética reseña:
Un galpón que se fue…Un galpón que resisteUna más de la señorial Ariel, la del nombre de un libro…Estado del edificioArtística del andénPasajera esperando el trenLa parte del edificio que da a la calle
El motivo por el cual este libro le dio el nombre a este paraje, no lo pude hallar; de todos modos es la primera vez que encuentro un pueblo que toma el nombre de un libro y encima en un lugar tan remoto, tan lejos de la civilización cuando se fundó.
Esta obra es un «sermón laico» dedicado a la juventud de América, y él la escribió con una visión pesimista del futuro de su país y de la religión. Ariel es un ensayo que es basado en la obra The Tempest, una obra de teatro escrita por el autor famoso William Shakespeare; los dos protagonistas principales son Ariel y Calibán, que representan la América Latina y los Estados Unidos, respectivamente. Hasta cierto punto Ariel es una alegoría de las relaciones que existían entre los Estados Unidos y las naciones de Centro y Sur América a comienzo del siglo XX. invita a los lectores a reconsiderar diferentes tipos de poderes (económicos, políticos, sociales, culturales) que existen entre los países de América Latina (Ariel) y los exigentes Estados Unidos
Extraido de WikipediA
Allende Ariel, el camino paralelo a los vestigios del terraplén se desdibuja y después de unos pocos kilómetros, se convierte en una huella muy poco pisada, donde los anegadizos terrenos que atraviesa cada tanto inundan su trazado generando unos vados que por surte tienen piso firme y nos permiten avanzar hacia Campodónico, la próxima estación de la trilogía que visitamos.
El «camino «entre Ariel y Campodónico
Ya habíamos visitado Campodónico, pero fue en un caluroso febrero cuando los árboles alineados a lo largo de su andén lucían exuberantes de follaje, ocultándola parcialmente o más bien protegiéndola. En cambio, ahora se mostraba completamente a la vista, desprovista de cobertura.
Dejamos la camioneta en el camino vecinal y al volver a verla, confirmamos que, salvo lo mencionado anteriormente, todo permanecía igual, inmóvil pero envejecido. A diferencia de las construcciones anteriores, del estilo clásico el Provincial y hechas de mampostería, Campodónico es una construcción de madera que debió ser muy hermosa, aunque distinta a las demás. Resalta un enorme y muy bien conservado galpón de chapa galvanizada que, a pesar de sus casi 100 años, no nuestra signos muy visibles de oxidación.
El invierno quitó las hojas y Campodónico quedó al descubiertoLa estación de madera estaba igual que años atrásLos enormes plátanos en el andén característicos de las estaciones Triste abandonoSi habrá volado tierra aquí…La prolijidad de la carpintería es llamativaHermosa la solitaria estaciónEl anden solitarioY esta bella estatua?El enorme galpón perfectamente en pie100 años después el galvanizado esta casi impecable
Aunque no se desarrolló un pueblo en sus alrededores, a poca distancia y casi a la vista, se encuentra la Obra Salesiana San Pascual Campodónico, que cuenta con una hermosa capilla e instalaciones para albergar a grupos de niños durante sus vacaciones. Además, está la famosa pulpería San Gervasio, que pensamos estaba cerrada y no se nos ocurrió visitar, aunque más tarde nos enteramos que justo ese día comenzaba la temporada….
Capilla Obra Don Bosco
Nos quedaba ver como retomar el canal 11 para tratar de llegar al menos hasta la RP30, que es donde lo habíamos dejado la vez pasada en la otra travesía.
Después de unos pocos rodeos dimo scon él y sin problemas alcanzamos la margen norte, donde un camino costero la mayor parte en buen estado, nos permitió recorrerlo sin gran dificultad. Lo llamativo de este tramo es que en lugar de puentes y compuertas, cada tanto hay grandes cunetas de hormigón por donde el agua puede volcar hacia el canal desde los campos adyacentes sin dañar el trazado. No se que ocurre si el canal tiene un caudal elevado, ya que parecería que puede inundar los campos.
Camino costero del canal 11Camino costero del canal 11Canal 11Algún puente del canal 11
Fue interesante descubrir que, al hallar la vía del ferrocarril hacia Rauch, el camino paralelo que se extiende hacia el sur estaba cerrado y custodiado. Al preguntarle al guardia, nos informó que el paso ha estado bloqueado durante varios meses debido a un considerable derrame de petróleo que afectó tanto el camino como los campos circundantes (¿?)
Otro puente sobre el canal 11Puente ferroviario sobre canal 11 Ramal Las Flores-RauchPuente sobre canal 11
Finalmente, cruzamos la RP30 y seguimos por inercia hasta el Puente de Tegui porque se nos ocurrió ver si las lluvias de los días previos habían afectado las compuertas que habíamos visto la vez pasada. Quise pasar la Ranger por el puente pero no me animé: cualquier error la rayaba…
Pasará la Ranger???Quedaban 2 cm de cada lado. No me animé…
Así terminó el paseo, habiendo «casi» completado el recorrido del canal 11. Tendremos que estar atentos cada que vez que pasemos por la RP51 para ver si ese maldito candado no está y conocer su origen en el arroyo Tapalqué.
Habíamos salido de casa el sábado temprano y a través de la RP6 y la RN205 nos arrimamos a la RP51 con rumbo a Tapalqué, donde iríamos a buscar el inicio del canal 11.
Unos kilómetros antes de llegar a la entrada a General Alvear, en uno de los caminos de acceso a José Micheo, nos llamó la atención un puente reticulado sobre el que nunca antes habíamos reparado. Lo bueno de andar con tiempo y sin muchos planes es que hace que no cueste nada desviarse e ir a curiosear. Seguro no era un puente ferroviario ya que no hay vías tan cercanas a la RP51.
A los dos kilómetros de andar, se materializó ante nosotros, mostrando uno de esos puentes que uno no se explica porqué semejante estructura se dispuso allí: no parece ser una ruta que justifique un puente de tamaña importancia.
Un ignoto y enorme puente sobre el acceso a MicheoImpresionante estructura en un camino de poco tránsitoSorprendente vano libre de 50 metrosEnmarcado por un bellísimo entorno natural
Se trata de una estructura reticulada roblonada con calzada de hormigón pensada para soportar altos tonelajes, uno de esos tantos misterios de nuestra provincia de Buenos Aires.
Disfrutando el panorama desde el puenteEstructura roblonada de las de antesUna delicia para los ingenieros…La Ranger siempre descubriendo cosas nuevas
Pero no es todo lo que vimos: el arroyo que cruza, el Las Flores, en ese lugar tiene un paisaje espectacular que invita a detenerse y tomar unos mates en su orilla, que es lo que hicimos.
Seguramente debe ser un lugar frecuentado por pescadores aunque debo reconocer que se encuentra muy limpio, lo que denota que no es mucha la gente que lo visita. Lo recomendamos.
Un lugar encantadorEste árbol me recordó a BÁRBOL, el del Señor de los AnillosBARBOL, de nuevoPaz total en el arroyo Las FloresPanorama desde el puenteQué lindo lugar!
Después esta imprevisto desvío, le metimos casi derecho hasta el canal 11 para tratar de descubrir su inicio, el cual se encuentra sobre el arroyo Tapalqué antes de ingresar a esta localidad.
Digo casi derecho porque nos desviamos por un camino rural a un puente accesible sobre el mismo canal 11 muy cercano a la RP51 con el objeto de ver si sería posible costear sus márgenes luego de conocer sus inicios, ya que los primeros kilómetros, hasta las cercanías de Campodónico, lucía sin huellas en las satelitales. Efectivamente es así ya que aún sobre un poco transitado camino rural había candados. Mal indicio para la tranquera que nos interesaba sobre la RP51 a la que llegamos pasando por el Paraje El Triángulo.
Canal 11 desde un puente cualquiera hacia el esteCanal 11 desde el mismo puente hacia el oeste
La tranquera que nos interesaba, al final tenía candado, aunque a veces debe estar abierta porque también tenía gancho. Sólo estábamos a dos kilómetros y medio de las compuertas, las que a lo lejos las divisamos desde el puente de la RP51; estas deben estar seteadas para evacuar las crecidas del arroyo Tapalqué porque el canal casi estaba sin agua en este momento, es decir que este canal aquí funciona por rebalse de las crecidas.
La tranquera que no nos franqueó el paso hacia el inicio del canal 11Desde el puente de la RP51 hacia el nacimiento del canal 11A lo lejos, las compuertas del canal 11 sobre arroyo Tapalqué en su nacimiento
Dudamos en acercarnos caminando pero no nos animamos a dejar la chata sola sobre la ruta. Habrá que estar atentos cada vez que pasemos por allí a ver si el candado no está. Un fracaso que nos obligó al Plan B, de recorrer estaciones del extinto Ferrocarril Provincial.
No obstante al continuar hacia el sur por la RP51, investigamos otra tranquera de la estancia Las Delicias que parecía apuntarle al arroyo Tapalqué, pero también tenía candado y gancho. Lo curioso fue encontrar un poema escrito sobre las tablas de la tranquera, algo que no habíamos visto nunca. Una tranquera poética…
Otra tranquera alternativa con candado que nos impidió llegarTranquera poética en estancia Las Delicias
REAL AUDIENCIA – CHAS – GENERAL BELGRANO – CORONEL BRANDSEN – MINISTRO ETCHEVERRY – FLORENCIO VARELA
Tras recorrer los canales 9, 11 y 12, nos quedó tiempo libre antes de regresar y decidimos visitar un par de estaciones que Adriana y yo ya conocíamos, pero siempre es agradable regresar después de cierto tiempo. Elegimos Real Audiencia y Chas para la visita.
Real Audiencia, con su nombre grandilocuente, en algún momento tuvo su relevancia: un acceso pavimentado desde la RP29, una escuela que al parecer sigue activa, un almacén de ramos generales con estructura de chapa al estilo patagónico, un club de fútbol, unas pocas casas dispersas y, por supuesto, la estación rodeada de plátanos centenarios pero sin vías, las cuales fueron levantadas completamente entre Chas y Ayacucho. Actualmente, es un lugar casi desierto, ya que no hallamos a nadie durante nuestra minuciosa visita.
Esta oportunidad, ante la ausencia de pobladores, no sólo nos asomamos a la estación, sino que recorrimos en detalle las instalaciones no ferroviarias.
El downtown de Real AudienciaLo único poblado que parece habitado
Comenzamos con el RAFC (Real Audiencia Fútbol Club), cuyo frente de mampostería es lo único que se mantiene en condiciones aceptables, ya que su interior está totalmente abandonado y en ruinas, con techos parcialmente colapsados sobre los escasos restos que quedan. Es evidente que, tras dejar de ser un club de fútbol, se usó como depósito de maquinaria agrícola y algunas aún se encuentran allí, incluyendo un viejo Rastrojero de los ’70, pobrecito atrapado bajo un techo derrumbado.
Frente del Real Audiencia Futbol ClubInterior de la sede del RAFC: un cementerio de maquinariasMás del cementerio de máquinas y equiposPobre Rastrojero…Mas del pobre RastrojeroRestos de antiguas fiestas y bailes
La visita prosiguió alrededor del antiguo almacén de tintes patagónicos, que en su parte trasera alberga una vivienda con lo que parece haber sido un encantador patio interno con palmeras. Aunque está todo cerrado, es evidente que ha estado deshabitado por mucho tiempo. Esto se hace evidente al observar la hierba crecida en las canaletas de los techos, que evidencia la falta de mantenimiento.
Vista completa del almacénFrente del almacén de chapasPalmeras en el patio internoCanaleta parquizadaLas chicas, Elsa, Adriana y Cecilia posando frente al almacén
Nos quedaba por ver la estación, en realidad el andén, unos pocos edificios auxiliares de chapa y madera y los sanitarios, ya que el edificio principal fue demolido.
Gigantescos plátanos, probablemente centenarios, adornan el extenso andén no solo con su imponente presencia sino también con la alfombra de hojas doradas y crujientes que lo recubren por completo.
La arboleda que enmarca el viejo andénAndén alfombrado con hojas doradas y crujientesEl galpón de la estación sobreviveLo que quedó del cartel nomenclador de tres patas…
Nos asomamos a las instalaciones sanitarias que vaya a saber porqué motivos sobrevivieron a la demolición. Igual a muchas de estos estos ramales pero con la particularidad que estaban enteritas, incluyendo un antiguo depósito de fundición para el agua de los mingitorios. La leyenda, en relieve en la fundición, nos indica que es escocés de la fábrica Saunders and Connor (Barrhead) y que data de 1897 Una verdadera reliquia abandonada en el medio de la nada.
Entrada al baño de caballerosMingitoriosDepósito de descarga de fundiciónLa fabrica escocesa del depósitoDepósito de descarga de fundición
Nos quedaba echarles un vistazo a las construcciones de chapa y madera, que erróneamente en el pasado creí que eran la propia estación. En realidad se trata de viviendas, seguramente para el personal de operación y mantenimiento de vías.
Pese a su total abandono, se nota que estuvieron muy bien construidas y que debieron ser muy confortables. El diseño de los cielorrasos es muy bonito, con su forma amesetada en el centro. Por su estado pareciera que quienes las habitaban huyeron de un día para otro ya que muchas cosas quedaron tiradas allí…
Construcciones de chapa y madera en el lado sur del andénHermoso cielorraso amesetadoDormitorioOtro dormitorioSala de Estar (hay una estufa tipo salamandra!)Armario esquinero. me encantan estos diseños geométricos!Y este es el baño…Exteriores
Y así dejamos a la solitaria real Audiencia, después de pasar frente a lo único que parece vivo, la escuela.
La escuela de Real AudienciaNos vamos de la solitaria Real Audiencia
Nos quedaba un poquito de hilo en el carretel y lo gastamos en una breve pasada por Chas, como para ponerle el moño al viaje
Parte de la estación es el destacamento policial de Chas y el lado de andén de la estación luce impecable: tiene sus vías ya que el ramal a Las Flores no fue levantado (aún).
Estación CHAS
Enfrente del lado andén, hay una capilla, en cuyo fondo hay una cancha de paleta abandonada pero entera todavía. También una casa muy vieja, tapada por la vegetación y en cuyo techo han echado raíces unos árboles bastante grandes que llaman mucho la atención.
Capilla de ChasCancha de paleta abandonadaRaíces en el techoRaíces en el techoTerribles árboles en el techo
Y así terminamos este hermoso paseo con nuestras dos queridas amigas Elsa y Cecilia. Esperamos se repita pronto aunque Cecilia ahora va estar medio lejos (Habrá que ir a visitarla a Calafate…)
Sergio, Elsa, Adriana y Cecilia, todos felices y se nota