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Categoría: Pueblos remotos (Página 2 de 2)

ESTACIONES PAMPEANAS Y BONAERENSES

HUCAL

La leyenda de HUCAL en pie

Cuando uno se asoma a esta perdida estación dentro del monte pampeano, nunca puede imaginar la importancia que tuvo en el pasado.

Solamente ver los talleres ferroviarios que albergó para atender de cuatro formaciones a la vez y dónde se reparaban las viejas calderas de vapor, le dan a uno una idea del movimiento que debió haber aquí.

Hay un barrio ferroviario con muchas casas, la mayoría destruidas y hasta todavía existe una pileta olímpica de natación, obviamente abandonada, que fue la segunda pileta publica habilitada en La Pampa construida en la década del 40.

Dentro de la cercana estancia HUCAL, origen del poblado y donadora de las tierras para el ferrocarril hay una impresionante capilla, en excelentes condiciones que no pudimos visitar por una tranquera con candado.

Y la estación está allí, con sus nomencladores y sus vías resistiendo el tiempo gracias a una asociación «Hucal Despierta» que se ha propuesta preservarla para promover actividades turísticas y culturales.

Una visita que vale la pena hacer para viajar en el tiempo…

COTITA

Mil veces pasé por RN35 y nunca me había dado cuenta que ahí nomás estaba la estación Cotita, que había visto en los mapas en alguna oportunidad. El monte de caldenes tapaba todo y la verdad creía que nada existía.

Como ahora andábamos con tiempo y curiosidad, nos internamos por una huella esperando no encontrar nada y grande fue la sorpresa de al menos encontrar el andén y los nomencladores, con el terreno limpio de de vegetación. Luego me enteré que un grupo de entusiastas ferroviarios había estado manteniendo el lugar y por eso era accesible.

El nombre “Cotita” surgió del apodo con el que fuera conocida Mariana Juana Cambaceres, hija del primer dueño de la estancia Hucal, en La Pampa.

Al organizarse dicho predio rural hacia fines del siglo XIX, a uno de sus campos se le asignó el nombre de “La Cotita”. Culminando la segunda década del siglo XX, sobre esas tierras había avanzado el cultivo de trigo y un ferrocarril pionero en la región las transitaba desde hacía más de veinte años, aportando la logística de transporte para llevar el cereal cosechado hacia el puerto de Bahía Blanca. Con esa función, se había conformado un desvío ferroviario hacia el límite noreste del campo La Cotita.

Por la magnitud que habían alcanzado sus instalaciones, se le otorgó la categoría de estación con el nombre de “Cotita” en 1919, obteniendo su habilitación pública oficial en 1920 para prestar servicio de cargas, pasajeros y telégrafo en el ramal ferroviario Bahía Blanca al Noroeste. El edificio de la estación fue construido con chapas de zinc y madera, teniendo como unidades anexas una pequeña casa con paredes de ladrillo, para el jefe de la misma, y dos galpones para el almacenamiento de granos. Nade de eso existe ahora.

Su población apenas llegó a superar los 40 habitantes, hacia mediados del siglo pasado. Los servicios de Cotita incluían, además de la estación ferroviaria, una escuela de nivel inicial, un destacamento policial, una herrería, dos silos para acopio de cereales y un comercio de ramos generales, propiedad de la familia Mondelo, que incluía venta de pan, carne y leña, expendio de combustibles líquidos y servicio de estafeta postal.

La información que resumí más arriba fue extraída de aquí

Nomenclador de La Cotita
El solitario andén
Al fondo, ahora que está despejado se puede ver la RN35, ahí nomás

AVESTRUZ

Saliendo de Guatraché hacia el este, al ingresar a la provincia de Buenos Aires por la RP76, a mano derecha un solitario y enorme tanque de agua de ladrillos, revela que hubo una estación ferroviaria.

Mirando el GPS descubrimos que se trataba de la estación AVESTRUZ, perteneciente al famoso ramal de «los bichos» (Tres Cuervos, Víboras, Avestruz).

Por supuesto desviamos por una huella precaria y nos acercamos, comprobando que además del tanque de agua, también existían todavía el andén y la plataforma de un galpón, seguramente desmantelado. No pasan más trenes por aquí hace rato.

La plataforma del galpón desaparecido

BORDENAVE

Siguiendo la RP76, nos salteamos Darragueira porque nos habíamos consumido mucho tiempo y no teníamos definido donde parar a dormir o acampar.

Sin embargo antes de tomar el desvío a Puán, donde podíamos llegar a recalar, se nos puso tan cerca la estación BORDENAVE, que no quedó otro remedio que ir a verla…

Por aquí si pasan trenes y la estación está bien conservada y se trata de una vivienda particular donde además funciona un restaurante-rotisería-heladería «Lo de Patricia»

Por lo que luego pude leer en Internet, Bordenave merece dedicarle más tiempo a una visita ya que este tranquilo pueblo tien varios atractivos que dejamos pasar: El Paseo de los Caldenes, la plazoleta Bautista Bordenave, la Capilla San Antonio y entre otros, también se encuentra el Paraje El Pincén.

Será para otra vez.

Estación Bordenave desde el sur
Nomenclador de Bordenave
Estación Bordenave, con su corralito de seguridad.
Galpón de cargas
Lo de Patricia, en el frente de la estación, hacia el pueblo

PUAN

Llegamos a PUAN con la idea de acampar al costado de la laguna, ya que era loque seinfería de lo que veníamos leyendo en Internet. Sin embargo nos encontramos con un bonito lugar para pasar una tarde y hacer un picnic, pero no para pasar la noche, ya que el parque municipal no está cercado y rodeado por el poblado, sin instalaciones para campamento.

Así que seguimos pensando ahora en Guaminí y Cochicó pero a la pasada se nos cruzó la estación, así no quedó otra que asomarnos a verla. Actualmente funciona como estación de cargas y comparte su funcionalidad como terminal de ómnibus.

Estación Puán, a través de las patas el tanque de agua
Estación con andén anulado por instalaciones de la terminal de ómnibus
Playon de estacionamiento en el frente de la estación
La locomotora 6612 «Gloria» haciendo maniobras

ESTACIONES FERROVIARIAS ENTRE MÉDANOS Y LA ADELA

En el derrotero hasta LA ADELA, nos encontramos con la grata sorpresa del excelente estado de conservación de NICOLÁS LEVALLE, la cual indudablemente está preservada por alguna organización pese a que no presta servicio alguno, salvo ver pasar trenes cargueros.

Desde la estación, salían desvíos salineros que llegaban al cargadero de vagones al cual arribaban por la vía de trocha angosta trenes con cargamentos de sal desde las salinas La Aurora y Las Barrancas.

Entre la década de los años 80 y 90 ambos cargaderos fueron sacados de servicio y se reemplazaron por camiones que cargan la sal en las respectivas salinas y la llevan a los distintos puntos de consumo.

Algunas referencias a estos ramales salineros se pueden leer cliqueando sobre el resaltado. (Al principio habla de Anzóategui, pero más abajo se refiere a las salinas cercanas a Levalle)

El desolado andén de Levalle pero en perfecto estado de conservación

Salimos satisfechos a la ruta en busca de la próxima estación y nos topamos con ALGARROBO , cuyo poblado se llama JUAN COUSTÉ. Es una tranquila localidad de unas 5000 almas con aspecto muy prolijo, con una estación bastante conservada, pero que no presta servicio alguno.

Buscando alguna referencia al motivo de la dualidad de nombre, encontré este curios artículo de un sitio uruguayo: http://viajes.elpais.com.uy/2021/04/27/habia-petroleo-pero-lo-olvidaron/

En el mismo, además de mencionar que Juan Cousté fue un importante hacendado de la zona que también fue Intendente del Partido de Villarino, lo que explica el nombre. Pero lo más curioso es que la zona estuvo envuelta en un aparente hallazgo de petróleo mientras buscaban agua para riego , que derivó en una serie de interesantes conflictos por permisos de cateo por algo que luego no tuvo entidad.

El nomenclador de ALGARROBO

Siguiendo nuestro recorrido ferroviario nos tocó la desolada MONTES DE OCA, donde salvo el nomenclador, el andén, algunos escombros y un enorme cactus, no hay nada más. Aquí nunca hubo poblado o al menos no hay vestigio alguno.

El camino de acceso a MONTES de OCA

Más adelante, «encontramos» por llamarlo de algún modo, lo que queda de GAVIOTAS, donde claramente se ha demolido casi todo, donde únicamente quedó claramente visible el enorme tanque de agua.

Los restos de GAVIOTAS

Por último, intentamos llegar a ANZOATEGUI, que si curiosearon el enlace de ramales salineros previo, notarán que también tuvo pasado ferroviario salinero.
No pudimos llegar porque una tranquera con candado, carteles disuasivos y una cámara de seguridad, sugerían no intentar entrar. No obstante logramos sacar unas fotos desde lejos que nos revelaron una arquitectura diferente al resto de las de las de este ramal, con esa sucesión de construcciones con techos a dos aguas perpendiculares a las vías. Escondido se alcanza a ver el nomenclador.

ANZOATEGUI, desde lejos

 

 

 

CUATRO ESTACIONES EN LA LINEA SUR

En todos mis viajes siempre hay algún tiempo dedicado a visitar estaciones ferroviarias que no conozco o volver a relevar algunas después de algún tiempo.
A las de de Línea Roca de la Línea Sur, despacito las voy conociendo a todas y en este último viaje, estuve en tres que nunca había visitado y en una donde renové los votos. No me quedan muchas más por conocer pero ya van a caer…

NENEO RUCA

Ya un par de veces me había quedado con las ganas de conocerla por cuestiones de tiempo, pero esta vez decidí no postergarla más. No está muy lejos de la RN 23, a unos 12 kilómetros, entre Pilcaniyeu y Comallo. Al desviarnos de la ruta, primero es una huella vecinal que va hilvanado estancias pero al cruzar las vías y apuntarle a la estación, pasa a ser una huella muy poco pisada que se interna en unas interesantes serranías junto con el terraplén ferroviario.

En un momento se atraviesa un especie de cañón bastante angosto al costado de las vías y luego el paisaje se abre en una gran planicie donde a lo lejos se divisa un tanque de agua. Al acercarnos, también alcanzamos a ver un nomenclador de madera y al llegar allí, también encontramos el borde de un andén de material mas escombros de lo que seguramente fue alguna dependencias ferroviaria. Llegamos NENEO RUCA

La soledad es suprema y realmente me dio mucho placer poder llegar hasta allí, donde seguramente alguna vez hubo actividad.
Al regreso, cuando publiqué unas fotos en facebook, un amigo me acercó un artículo sobre un importante accidente ferroviario entre un tren de carga y uno de pasajeros que había acontecido en las cercanías, cuya crónica esta aquí

Serranías por donde se accede a NENEO RUCA
El viejo tanque de agua sobrevive como puede, con medio techo
El anden donde alguna vez algún pasajero esperó el tren
El nomenclador, donde con mucha imaginación todavía se lee NENEO RUCA

EMPALME

Después de NENEO RUCA, seguimos viaje hacia el este; de aquí en más la mayoría ya las había visitado, pero el aspecto de EMPALME nos llamó la atención.

Allá por 2010, anduve por acá. Estaba nevando un poco y el edificio estaba completamente abandonado. Había leído no hace mucho, que con motivo de los viajes turísticos de La Trochita entre Ingeniero Jacobacci y Ojos de Agua, la iban a volver a utilizar. Con mucha alegría encontré que ahora se lo había puesto en valor y que efectivamente era una parada activa de este nuevo emprendimiento.

Su nombre original era Desvío Km 648, ya que allí se abren los ramales a Esquel y a Bariloche que entre este punto y Ingeniero Jacobacci comparten un riel, ya que son trochas diferentes.

Nueva estación Empalme
Parece mentira ver algo puesto en valor
Los dos viejos vagones son la cocina y deposito de la confitería que hay en el edifico principal
Estación Empalme con nuevo anden para La Trochita
Los viejos vagones de La Trochita siguen ahí, en el olvido, en una vía muerta
Álamo bandera en Empalme

PERCY SCOTT

El largo camino de la RN 23 lo fuimos transitando sin más problemas que una pinchadura de cubierta en Aguada de Guerra. No teníamos muchas expectativas de nuevas estaciones a visitar porque en el pasado, las que nos faltan siempre se nos negaron por tranqueras con candado. No obstante cada vez que pasamos cerca de alguna nos asomamos para ver si el candado no está.
Y esta vez, en una huella que acercaba a PERCY SCOTT, la tranquera no tenía candado!

Entramos y nos dejamos guiar por el GPS, que nos llevó a cruzar las vías y luego doblar hacia el este unos dos kilómetros. Pero por más que prestamos atención no encontramos indicio alguno de estación o apeadero, aunque sea unos escombros.
Quisimos creer que un insignificante ensanche del terraplén y unos postes de madera cerca del kilómetros 246 era lo que buscábamos, pero sabíamos que únicamente era para justificarnos. PERCY SCOTT no existía..

Al volvernos, con otra perspectiva, al cruzar las vías, unos 200 metros al oeste, lejos de la posición que nos marcaba el GPS había algo. Dejamos la chata sobre la huella con el entusiasmo renovado, fuimos a investigar.
Y entonces, con gran alegría, encontramos el andén; estaba ahí nomás pero con los datos equivocados casi lo perdemos. No hay mucho más, solamente encontramos los restos de un contrapiso sin siquiera escombros de alguna vieja construcción.
Pero la encontramos! Y Raine Golab, donde quiera que estés, supongo estarás satisfecha que lo logré: tantas veces hablamos de este lugar y finalmente apareció.

La huella después de cruzar las vías, donde divisamos algo
Nosotros sobre el andén, contentos con el hallazgo
Además del andén, este contrapiso es lo único que quedó.

CARMEN DE PATAGONES

El periplo de la RN 23 y posterior RN 03 nos puso en San Antonio Oeste frente al cruce con un carguero proveniente del yacimiento de caliza de ALPAT en Aguada Cecilio; por lo menos algunos trenes andan…
Como todavía no era muy tarde seguimos hasta Viedma, donde nos alojamos y pasamos la noche, previo a una riquísima cena en un restaurante de la Costanera, desde donde se podía apreciar la iluminada Carmen de Patagones.

Un carguero de caliza de ALPAT proveniente de Aguada Cecilio cruzando la RN 03
Carmen de Patagones nocturna, desde la costanera de Viedma
La iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en Carmen de Patagones

Después de desayunar en el hotel, cruzamos por el viejo puente ferrovial y nos dimos una pequeña vueltita por el centro de la pintoresca Carmen de Patagones, que sin duda merece mucho más tiempo. Pero, por ahora, el interés era conocer la vieja estación ferroviaria maragata del confín de la provincia de Buenos Aires, que está bastante alejada del centro de la ciudad.
Enfrente de la estación se encuentra en una plazoleta la primera locomotora «LA Maragata» que llegó aquí hace más de 100 años, en 1922.
La estación esta en muy buenas condiciones y allí funciona el Centro de Formación Profesional N°401; se nota que la han puesto valor no hace mucho y la verdad que está muy linda, como si estuviera preparada para recibir tráfico pronto.
Había un rumor que el Tren Patagónico saldría de allí pero las vías no parecen haber sido usadas recientemente.

«La Maragata», Monumento Histórico Nacional, fue la primera locomotora que llegó aquí hace más de 100 años
Nomenclador de la estación, muy lejos de la estación, pero está!
La mítica estación de Carmen de Patagones
Andén principal de Carmen de Patagones, sin tráfico pero en muy bien estado edilicio
Andén principal de Carmen de Patagones
Andenes principal y secundario de Carmen de Patagones, parecen listos para recibir pasajeros

Tristeza de ver un andén así, vacío y abandonado en el confín de la provincia.

Que lindo sería ver pasajeros y trenes aquí

Visitas realizadas entre el 22 y 23 de febrero de 2023

GUARDIA MITRE

23 de febrero de 2023

Guardia Mitre es una pequeña ciudad rionegrina de 900 habitantes fundada en 1862 que, curiosamente, la forma más simple para llegar por tierra firme es ir desde Carmen de Patagones (Provincia de Bs As); las otras opciones son la balsa Sauce Blanco o largos rodeos por caminos de tierra desde General Conesa o Rio Colorado. Muchas veces la había visto en los mapas y también la tenía presente porque alguna vez había leído que estaba justo en las antípodas de Beijing, lo que había despertado cierto interés turístico de los chinos y por cierto a mi también.
Siempre me había quedado postergada la visita porque no queda de paso en las rutas al sur, pero esta vez, que habíamos dormido en Viedma y veníamos con tiempo, era la oportunidad para saciar la curiosidad.

Un ancho y solitario camino enripiado en muy buen estado que sale al norte de Carmen de Patagones, te conduce por entretenidos 70 kilómetros, que más o menos bordean el río Negro, aunque sin acercarse mucho.

Ruta Provincial 53

Poco antes de llegar una vieja construcción, Villa Rosarito (1906) nos anticipa las viejas construcciones que encontraríamos en la pequeña ciudad.

Villa Rosarito

Ingresar a Guardia Mitre te hace sentir estar en otro mundo: calles anchas de ripio, bicicletas sin cuidado en las veredas, todo muy limpio y prolijo, poca gente, todos saludan, se respira tranquilidad. Es claro que todos miran con curiosidad a unos insólitos turistas…

Las calles desiertas invitan a recorrer y descubrir, lo que ocurre inmediatamente cuando nos acercamos a la plaza San Martín, en cuyo alrededor se concentran todos los edificios históricos perfectamente señalizados con su identificación y una breve reseña de su pasado. Se nota que sus habitantes respetan su pasado y que están orgulloso de él.

Plaza San Martín
Monumento al General San Martín
Primera escuela del pueblo
Iglesia Inmaculada Concepción
Colegio Salesiano
Primer Almacén de Ramos Generales

Ahora en casa, me puse a investigar el tema de las antípodas para saciar mi curiosidad y llegué a la conclusión que no es del todo cierto. Si alguien perforara en dirección al centro de la tierra un agujero de unos 12 700 km desde la plaza San Martín en Guardia Mitre no le acertaría al ejido urbano de Beijing por algo así como 60 kilómetros, lo cual no es mucho, pero por lo menos a mi me rompió el encanto. Tanto trabajo para hacer el pozo y no llegar a destino…

No obstante lo de los chinos fue cierto y hubo algunas gestiones para comprar terrenos que luego quedaron en la nada, como quedó registrado en la siguiente nota periodística de 2019:
https://www.clarin.com/sociedad/quieren-traer-turistas-chinos-punto-patagonia-exacta-antipoda-beijing_0_NHWxyQdK.html

Satisfecha la curiosidad por Guardia Mitre ahora vendría el otro atractivo del desvío: una balsa tipo maroma, de las pocas que quedan en servicio para cruzar el río Negro y seguir viaje por la ruta 250.
Después de unos 20 kilómetros llegamos a la balsa Sauce Blanco, la cual cruza el río, que allí tiene un ancho de unos 150 metros aproximadamente.
La balsa, como dije, no tiene motor, sino que usa la fuerza de la corriente orientando la barcaza con un ángulo tal que le permite desplazarse transversalmente a través del río.
No hay muchas en servicio, creo todas en esta cuenca: La de Huitrín sobre el río Neuquén y la de Villa Llanquín, sobre el Limay. Ambas las hemos cruzado con Pampa 02. No sé si existe alguna otra de uso público.

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